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Energía y Sociedad

A la Ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

La doctora Mary Odum Logan, hija del eminente ecólogo norteamericano Howard T. Odum, reconocido por sus aportaciones en los flujos de energía en ecosistemas entre muchos otros, relata así uno de sus recuerdos con su padre: "En los años 60, escuchaba charlas durante la cena sobre los problemas de energía y ecología que actualmente presenciamos. Mi padre se sorprendería de que hoy los gobiernos promueven el aprovechamiento de las arenas de petróleo (conocidas como arenas bituminosas) y el gas de esquisto (gas shale) como estrategias de rescate, una ilusión que desechó en los años setenta. La explotación de los depósitos de petróleo, se relaciona con un elevado consumo de energía, que destruye los ecosistemas, drena los acuíferos y aumenta el calentamiento global." Nuestra sociedad se ha convertido en un vertedero de energía, aprovechamos grandes cantidades de ella para sostener nuestra forma de vida sin considerar posibles compensaciones que son necesarias para continuar soportando nuestra elevada huella de carbono.

Si bien las energías renovables o energías limpias son una de estas posibilidades que podrían regresar al sistema cantidades importantes de energía, la realidad es que su aportación al sistema total es sencillamente mezquina. No me refiero solamente a la cantidad de aprovechamientos solares y eólicos, que son muy pocos, también es importante resaltar la necesidad de realizar investigación y desarrollo para mejorar la calidad de la energía generada, ya que si bien es importante, aun no se aproxima a la capacidad de producir trabajo de la energía que proviene de los combustibles fósiles.

No obstante, en el actual contexto de disipación y desperdicio, caracterizado también por la pérdida de sus recursos forestales, pesquerías colapsadas, erosión de suelos, generación de gases de efecto de invernadero, contaminación por basuras de todo tipo, incluyendo toxinas, es la eficiencia energética y la generación de energías limpias una alternativa importante.

Pero como lo advertía Mary Odum, se le ha dado una mayor oportunidad al desarrollo de "estrategias de rescate" altamente contaminantes y por tanto de alto riesgo como el petróleo y el gas shale, los cuales se encuentran atrapados en los poros de formaciones rocosas poco permeables denominadas lutitas, situadas en el subsuelo a una profundidad de entre mil y cinco mil metros.

La extracción del petróleo y gas natural atrapados en las rocas lutitas, requiere de la utilización de un procedimiento conocido como fracturación hidráulica o fracking.

Esta técnica parte de la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo. Seguidamente, se realizan una serie de perforaciones horizontales en la lutita, que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones. A través de estos pozos horizontales se fractura la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión que fuerza el flujo y salida de los hidrocarburos de los poros. Pero este flujo disminuye muy pronto, por lo cual es necesario perforar nuevos pozos para mantener la producción de los yacimientos.

Los impactos socio ambientales del fracking incluyen sismos provocados por el uso de pozos de inyección o pozos letrina para deshacerse del agua contaminada, lo cual puede desestabilizar fallas geológicas. "En Arkansas, Ohio, Oklahoma, Colorado y Texas, regiones sin actividad sísmica histórica, se han multiplicado en años recientes el número de sismos superiores a los 3 grados. Los epicentros de estos sismos coinciden con la localización de los pozos de inyección.

En Youngstown, Ohio, estos sismos antropogénicos (provocados por el ser humano) lograron alcanzar hasta 5.7 grados." Una disminución de disponibilidad del agua, ya que la fracturación de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua, dicha fracturación requieren también del uso de una gran cantidad de químicos, ocasionando contaminación de las fuentes de agua. "Los expertos señalan que al menos 25% de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones, 37% afectar al sistema endocrino, 40% provocar alergias y 50% dañar el sistema nervioso."

Asimismo, durante la fractura ocurre una importante emisión de gases de efecto de invernadero: "90% de las emisiones en el proceso de obtención del gas es metano, aunque también se emite dióxido de azufre (SO2), óxido de nitrógeno (NO) y compuestos orgánicos volátiles." De acuerdo con Aroa de la Fuente Lo´pez del Centro de Ana´lisis e Investigación (Fundar), en el noreste de México existen al menos 28 pozos exploratorios, en los que ha sido utilizada la te´cnica de fractura hidra´ulica: 14 de los mismos en Coahuila, ocho en Nuevo Leo´n y seis en Tamaulipas. Dentro de la provincia petrolera Tampico- Misantla, en los estados de Puebla, Hidalgo y, de manera ma´s importante en Veracruz, se estima que en alrededor de 2,648 pozos podría haber sido utilizada la te´cnica de fractura hidráulica. Se consultó el portal de la Alianza Mexicana Contra el Fracking.

Escrito en: a la ciudadanía pozos, sismos, energía, sistema

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