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Hambre en nuestro Estado

Pura Intuición

RAFAEL ALARCÓN

Hoy en día encontramos en nuestro estado en pleno siglo XXI datos y realidades de que muchos habitantes padecen hambre y que gran parte de la población hace una comida al día lo que es lógico desmerece la calidad de vida de los mismos y consecuentemente se manifiesta en muchas crisis sociales con el consecuentemente aumento en los índices de problemas delictivos.

En un mundo que se asombra con la velocidad y el alcance de los cambios tecnológicos, ingentes masa de personas están subalimentadas y numerosos países son cíclicamente sometidos a hambrunas. Literalmente miles de seres humanos mueren cada año de inanición. Ante un contraste tan dramático surgen interrogantes elementales.

En efecto, cabe preguntarse si los ecosistemas, a futuro, pueden soportar una producción de alimentos consistente con el ritmo de crecimiento poblacional. También es una incógnita si la tecnología, desde la revolución verde a la actual revolución biotecnológica, esta está en condiciones de erradicar el problema o si, por el contrario, su propia conformación la convierte en parte del problema.

Inicialmente, el epicentro de la cuestión radico en equiparar la velocidad de crecimiento con la de la oferta de los alimentos, en el marco de un conjunto finito de recursos naturales y a partir de una tecnología dada.

A partir de la década del sesenta, cuando el problema logro mayor visibilidad mundial, se ha incrementado el abastecimiento de alimentos por encima del crecimiento poblacional. En simultáneo, además, se ha tornado notablemente compleja su forma de abastecimiento y producción, a la vez que aparecieron nuevos usos industriales y energéticos de las materias primas alimenticias.

Décadas más tarde, el desplazamiento de las fronteras cultivables y una mayor productividad elevaron la producción, pero debido al crecimiento poblacional comenzaron a generarse nuevas inquietudes sobre la capacidad del planeta para sostener con sus recursos finitos la creciente producción de alimentos.

En otro orden, poco y nada se decía acerca de los problemas de la distribución del ingreso, una clave para explicar la accesibilidad a los alimentos. En tal sentido, la creciente disponibilidad de alimentos fue acompañada por una regresiva distribución del ingreso, especialmente en sociedades menos desarrolladas, donde se acentuaban los problemas de accesibilidad en simultáneo con la creciente sofisticación en el aprovisionamiento de alimentos: nuevos envases, alimentos industrializados y marcas comerciales, entre otras novedades.

En el marco de una renovación de ideas sobre el problema del hambre, surgieron nuevos conceptos. En la cumbre mundial de la alimentación oficializo en concepto de seguridad alimentaria

En este sentido es válido analizar ciertos factores que son clave para el futuro de las cadenas de provisión de alimentos. Ya que la complejidad introduce precios más elevados, cabe señalar que en estas redes de aprovisionamiento existen temas que son objeto indudable de las políticas públicas y que hacen el funcionamiento de las relaciones costos-precios.

Estructuras del mercado: en varias de las actividades existen fuertes concentraciones empresarias que se expresan en mercados poco competitivos, presencia de cuasi-rentas y, consecuentemente, precios alejados de los costos unitarios.

Simultáneamente con una mayor actividad e intercambio global en la cadena agroalimentaria, también lo han hecho las ventas y el tamaño de las grandes compañías procesadoras de alimentos y de insumos agropecuarios.

Tecnología e innovaciones: los alimentos, así como sus formas de producción, se han tornado complejos desde el punto de vista tecnológico, con su consecuente impacto sobre los niveles de precios.

Inicialmente en varios casos, los desarrollos tecnológicos son pensados como una herramienta de diversificación productiva que permite mejorar la rentabilidad privada, lo que se trasunta en mayores precios.

Sustentabilidad: la expansión reciente y potencial de la producción de insumos agroindustriales necesariamente presiona sobre sus recursos naturales finitos.

Algunos problemas agronómicos presentes en diversas regiones, derivados del mal uso o del uso intensivo de los recursos como la erosión del suelo, la salinización, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del agua, entre otros, pueden reducir a futuro y a manera irreversible, la producción agrícola y ganadera y, con ello, la capacidad de generar los alimentos necesarios para alimentar a la población creciente.

El desarrollo de esta actividad se asienta en el uso de varios bienes públicos que habitualmente no son contemplados en los cálculos económicos que motorizan las actividades privadas.

Tentativamente, existe aún, a juzgar por las grandes líneas de investigación y desarrollo de las empresas multinacionales y líderes de algunos institutos públicos de referencia varias líneas de acciones todas coincidentes en la mejora de los rendimientos, antes que en las expansión de la frontera productiva en bien de nuestro estado.

Es mi intuición que los caminos que nuestras autoridades deben de tomar son la industrialización y la eficiencia en el campo son las áreas prioritarias para un desarrollo de nuestro estado ¿o usted qué opina?

Escrito en: Pura Intuición alimentos, producción, recursos, crecimiento

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