Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que escuchó el "Ingemisco", del Réquiem de Verdi, cantado por Gigli, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:
-Las religiones me dan miedo. En vez de unir a los hombres los separan. En nuestro siglo, igual que en los pasados, hay todavía quienes matan en el nombre de Dios.
-Ganas tengo a veces de pensar -siguió diciendo- que el mundo habría sido mejor si todas las naciones hubiesen caído en el ateísmo. Creo que en el futuro veremos menos guerras y menos terrorismo, pues la humanidad va por ese camino.
Concluyó:
-La mejor religión es el amor. El día que todos los humanos pertenezcan a esa religión, ese día conocerán la paz.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.
¡Hasta mañana!...