El trabajo invisible

El trabajo de entrenador es un trabajo no muy bien remunerado en Durango, y menos cuando de reconocimiento se trata.

Para nadie es un secreto que los institutos del deporte en Durango lo que menos tienen en su nómina son entrenadores, pues están llenos de burocracia y personal de mantenimiento.

Debemos tomar en cuenta que los resultados son producto del trabajo del atleta, pero bien coordinado con un entrenador que sepa explotar las condiciones físicas y mentales del deportista.

En Durango hemos contado con grandes entrenadores como en su momento lo fue el "Profe" Porras, el "Flaco" González, Cruz Paz, el "Güero" de la Parra, el mismo Villamil, la maestra Mayté, la maestra Gisela, Sergio Castañeda, la "Chata" Castañeda, el "Cabezón" Chávez, Víctor de la Cruz, José Luis Aguilar, René Martínez, Fermín Silva, el "Maestrito" López padre, Alfonso Martínez, los Aguilar del Gimnasio del Refugio, la "Chiquis" Cabada y otros tantos que dejaron huella en el deporte duranguense y de quienes los de mi generación aún tienen bonitos recuerdos.

En las nuevas generaciones nos podemos encontrar a los entrenadores de hockey Miltón y Emiliano, quienes han dado buenos resultados; los de ajedrez Alejandro Bringas, Raúl Juárez y Alejandra Guerrero, quienes también han llenado a Durango de medallas en este bonito deporte.

En el baloncesto tenemos a Jordi Muñoz, Carlos Key y a Quintero, quienes siguen brillando con luz propia.

En el futbol femenil también podemos presumir de Atsiel Estrada y Fernando Martínez, quienes han puesto a Durango en el plano del balompié nacional.

En el triatlón está el "Tigre" García y la maestra Xóchitl, quienes traen abajo una cadena de nuevos entrenadores que también están dando resultados.

En el beisbol y softbol loable es el trabajo del profe Chuy Luna y la maestra "Chayito", quienes trabajan con niños.

Igual en halterofilia y luchas asociadas es de reconocerse el trabajo de Octavio González y Alan Borunda, así como en los lanzamientos al "Quiñi" y en el atletismo de medio fondo a Víctor de la Cruz hijo.

A la mayoría de ellos los he visto buscando a las autoridades y muchas veces esperando horas para ser recibidos, amén de lo que se tarda en llegar el apoyo.

Cuando vemos los resultados pocas veces damos el crédito a quienes han llevado de la mano a estos jóvenes y niños, que de alguna manera están también demostrando el trabajo de sus maestros deportivos.

Urge en Durango dignificar el trabajo del entrenador, darles las herramientas necesarias para que puedan surgir más realidades deportivas.

Es importante que se les certifique y se les pague lo justo por su trabajo.

Es importante también que los planes de trabajo se hagan como el entrenador dicta, no como el presupuesto dispone, pues aunque su trabajo parece invisible, es el que mantiene o quita a quienes dirigen o dicen dirigir el deporte.

Mi twitter:@trovageorge.