Casualidad o ¿plan con maña?
Apenas iniciaron las precampañas y ya están echando la casa por la ventana y esto sale a colación porque mágicamente en la Ciudad de México, suspendieron la verificación vehicular, durante el primer semestre del año y esto coincide con parte del proceso electoral 2018.
Esta suspensión temporal es derivada de que, aparentemente, no se cuenta con los verificentros equipados para lograr el objetivo de que los vehículos que circulen estén debidamente revisados.
El problema de la contaminación es uno de los más graves en la capital del país y ahora simplemente detienen temporalmente (un semestre) la verificación vehicular, la cual se reanuda durante el mes de julio, casualmente pasando la elección federal y local en la cual se elegirán al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, los integrantes de las alcaldías, así como a los diputados del Congreso.
Recordemos que la Ciudad de México ya cuenta con una Constitución Política Local y entre los cambios destacan que, se transforman las Delegaciones en Alcaldías y la Asamblea de Representantes a Congreso Local, lo cual debe tener nerviosos a más de tres, por estas nuevas figuras que serán electas.
El impacto que tendrá la falta de verificación en el primer semestre no se puede determinar, sin embargo, sí se debe tomar en cuenta que son algunos meses más calurosos del año, parte de los que abarca la suspensión temporal, e independientemente de que se pueda o no aplicar el doble no circula, algunos automovilistas andarán circulando sin problema, aun y cuando no cumplan con los estándares de emisión de gases tóxicos.
Pero no es culpa del automovilista, si no de quien tuvo la ocurrencia de suspender el programa, el cual desde luego debe llevar a cabo una renovación inmediata, pero no mediante una suspensión tan abrupta y precisamente durante un proceso electoral, que da a pensar que se hizo más con fines electorales que con fines de control de la contaminación ambiental, pero en fin en las elecciones, como en las guerras, se pensaría que todo se vale.
. . . puede ser que sí, puede ser que no, lo más seguro es que quien sabe, pero. . . aprovecho la oportunidad para desearles, a todos los amables lectores, el mayor de los éxitos en estas fiestas navideñas, así como la paz y bienaventuranza en todos sus hogares.
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