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Verdades y rumores

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EL AGENTE 007

El inexorable paso del tiempo nos ha traído nuevamente al momento en el que la supercomputadora de mil batallas, bautizada en su ensamblaje como Pony, ahora en su versión laptop, se dispone a cumplir su siempre esforzada e incomprendida misión: colgar un número a la labor de los funcionarios y gobernantes que hicieron y deshicieron en los dos estados en que se divide La Laguna durante el año que agoniza. Consciente de que otra vez no habrá corazones 100 por ciento conformes, ya sea porque consideren poco o mucho lo anotado, pero con la firme convicción de que así son las cosas en esto de la polaca, la Pony comienza con la evaluación de los gobiernos estatal y locales de la provincia de los alacranes. Al recorrer la antigua Nueva Vizcaya, la supercomputadora que nunca se rinde tiembla, pero no de miedo, sino por el mal estado de la carpeta asfáltica de carreteras que se suponen deberían tener mantenimiento constante.

Con todo y eso, la Pony avanza hacia la capital para revisar los asuntos del gober José Aispuro, quien a pesar de todo y de todos, ha logrado mantener cierto nivel de posicionamiento social, lo que lo sostiene como uno de los mandatarios mejor evaluados del país (así estarán los otros), según la mayoría de las encuestas disponibles para el primer tramo de su gestión. Aunque ya sabemos que eso de fiarse de las encuestas es lo más parecido a un albur. Si bien se le sigue viendo como una opción de mejora para la entidad, al “Güero” Aispuro le ha fallado eso de hacer la diferencia con relación al gobierno anterior, sobre todo tomando en cuenta que se trata de la primera administración de alternancia. También no ha dado mucho color con las investigaciones que anunció con bombo y platillo para llamar a cuentas a los traviesos del pasado. Se ha ido con mano más bien suave en la toma de decisiones respecto a su gabinete, pues en momentos en que parecen necesarios los ajustes, no los ha realizado. A la fecha, pese a los pobres resultados en algunas áreas, únicamente se ha dado el cambio por enfermedad en la Fiscalía General del Estado. Y del famoso Metrobús Laguna, aún no se ve avance alguno. Con la esperanza de que el próximo año ahora sí se pondrá las pilas, se lleva un nada despreciable SIETE.

El secretario de Gobierno, Adrián Alanís Quiñones, ha sabido lidiar con los sectores “opositores” al régimen, quienes, salvo alguno que otro exabrupto, se han mantenido en una postura receptiva ante aspectos que pudiesen resultar inconvenientes a sus intereses. En sí, han sido pocos los reclamos públicos al actual gobierno, lo que habla de una buena operación política. Pero los temas sindical y laboral han sido el “coco” de don Adrián, lo que ha provocado que se hayan registrado conflictos de peso, principalmente en el sector minero, donde se han dado cierres de yacimientos por semanas y hasta meses. Sus reacciones, en ese plano, han sido tardías. Lo que no tarda es el SEIS Y MEDIO de la Pony para que se aplique pronto en eso.

En la Fiscalía General del Estado, la jefatura de Ruth Medina Alemán es reciente, sin embargo ocupó el papel de titular administrativa durante varios meses, logrando que la dependencia siguiera caminando sin mayores contratiempos. Fue meritoria dicha tarea para que se le propusiera como titular. No obstante, sigue rezagado el proceso de reestructura; de hecho, ya se planean ajustes en los mandos medios de la dependencia, aún y cuando estos sufrieron un reacomodo en la actual administración. Empero, no se puede atribuir como un problema suyo, dado el poco tiempo que lleva en la instancia, por lo que la calificación de SEIS Y MEDIO -más que para la fiscal- es para la institución. Y ahí se le encarga que no se olvide de la Vicefiscalía de La Laguna, en donde los rezagos y travesuras continúan.

Javier Castrellón Garza, secretario de Seguridad Pública, tiene como punto a favor que el principal cuerpo operativo de la dependencia, la Policía Estatal Acreditable, redujo a cero las recomendaciones de Derechos Humanos por presuntos abusos y pasadas de mano. O sea que sus muchachos se están portando mejor. En contraparte, no se ha logrado una reducción significativa de los principales delitos del fuero común, lo que refleja rezago en las tareas preventivas concernientes a esta dependencia estatal. Es decir, ya no le hacen nada a los buenos, pero les falta aplicarse con los malos. Y para que lo haga, la Pony le manda un SIETE con moñito.

En el manejo de los dineros, el secretario de Finanzas Jesús Arturo Díaz dio dos tiros de precisión con la reestructura de la deuda y con la mejora del esquema del replaqueo, lo que permitió a Durango salir de un par de apuros urgentes: la reducción de pasivos y la atracción de recursos económicos para operar el aparato estatal. Pero Díaz se ha quedado corto en el tema del presupuesto “base cero”, a partir del cual se pretendía reiniciar económicamente la totalidad de los proyectos y planes estatales. Todo parece indicar que esta intención ya no se concretará, pero aún así se queda con un decoroso OCHO.

Con la lagunera Rosario Castro Lozano, la Contraloría estatal ha sido una de las dependencias más activas en el gobierno actual. De manera recurrente emite informes relacionados con sanciones a funcionarios y exfuncionarios, incluyendo un buen número de quienes participaron en los procesos de entrega-recepción. Pero muchas de las sanciones han sido débiles, pues por faltas aparentemente graves la pena se ha dejado en el rango más bajo, permitiendo incluso que por actos de corrupción la inhabilitación se quede en apenas unos cuantos meses. Porque sabe que doña Chayo puede hacer más, la Pony le cuelga un SEIS Y MEDIO.

Sobre el secretario de Desarrollo Económico, Ramón Dávila Flores, pesa que las condiciones globales para la atracción de empresas no son precisamente las mejores. Aún así, Durango ha crecido en los espacios laborales, que tienen actualmente varios miles más que al inicio de la administración. Además, están aparentemente concretadas empresas nuevas de capital millonario, a instalarse en meses próximos. Sin embargo, la instalación de nuevas fuentes de empleo no ha sido equitativa, y municipios relativamente pequeños se han quedado fuera, excluidos de la promoción. Para que ya no los excluya, la Pony le manda de regalo un SIETE y MEDIO.

Una de las dependencias que más queda a deber es Obras Públicas, de Arturo Salazar Moncayo. Si bien la revisión final a las obras de la anterior administración permitió recuperar recursos -o cuando menos iniciar el procedimiento- en casos en los que había proyectos “fantasma” o con defectos, hasta ahora son pocas las acciones de impacto en proceso, por lo que la obra pública no juega actualmente un papel real en materia de mejora económica. En el caso de la capital de los alacranes, existe un reclamo en el sector de la construcción, ante la carencia de acciones relacionadas con este rubro. Y qué decir de La Laguna, en donde hace falta meterle mucha mano. Por eso, don Arturo es castigado con un feo CINCO.

Por planes y proyectos, la secretaria del Trabajo, Brenda Rosas Gamboa, no para y esto ha recuperado la intención de una dependencia en la que la mayor parte de la chamba tiene que ver con acciones humanas, y no con inversión pública. Destaca el plan para combatir el trabajo infantil, uno de los aspectos en los que Durango mostraba foco rojo. Como punto oscuro está la carencia de recursos para incorporar personal suficiente y para abastecer de los medios al existente. Debido a ello, apenas comienzan, a cuentagotas, a realizar inspecciones en el interior del estado, dados los pocos recursos. Va para doña Brenda un SIETE y MEDIO con la esperanza de que le den un poco más de presupuesto.

De Rubén Calderón Luján, secretario de Educación, dicen que domina el tema, ha logrado establecer mesas de negociaciones con grupos y sindicatos que antes no querían dialogar con la dependencia, y le ha tocado sanar las heridas por el tema de la evaluación magisterial. En donde ha batallado mucho es en regularizar el pago a docentes de diversas áreas como educación a distancia e inglés. Además, siguen creciendo las quejas contra instituciones que obligan a los alumnos a vender productos de belleza, sin que la autoridad ponga orden. Para acabarla de amolar, los robos a instituciones también son una mácula en su desempeño, pues los docentes y padres de familia acusan la falta de vigilancia en las instituciones para poder combatir dicho problema en conjunto con autoridades de seguridad pública. Ojalá que se ponga más las pilas con el SEIS Y MEDIO que le da la Pony.

Otra cartera complicada es la de Salud, que encabeza César Franco Mariscal, a quien haber recalcado la falta de recursos al inicio de la administración le ha permitido tener cierto margen de gracia para poder operar, a pesar de las carencias. Pero aunque ha mantenido los programas preventivos en municipios y zonas alejadas, la falta de medicamentos, médicos e insumos en hospitales siguen siendo el dolor de cabeza. Incluso los señalamientos han aumentado con respecto al año anterior, y no se ha logrado establecer un método que permita la rápida respuesta de los sectores de salud ante los problemas que enfrenta diariamente la institución. Por eso, la Pony tosiendo con flema le manda un agripado CINCO Y MEDIO.

En la Secretaría de Desarrollo Social, Marcos Cruz Martínez, eliminó apoyos a grupos y líderes sociales que solo servían para fines electorales (qué raro). Además, supo afrontar la presión y ha logrado mantener cuentas claras en procesos de licitación y asignación de recursos en diversos programas, a la par que ha evidenciado diversos fraudes con programas sociales en el sexenio pasado. Pero como que se ha quedado enfrascado en el tema de los malos manejos de la pasada administración, lo que le ha restado margen de operación en diversos programas sociales en zonas donde realmente se necesitan. Y en números reales, la pobreza sigue aumentando en Durango, por lo tanto no le da para más de un SEIS Y MEDIO.

Y para cerrar con el gobierno provincial, la Pony llega a los terrenos de la zarina de Cultura, Socorro Soto Alanís, quien logró hacer una limpia casi total de personajes que le hicieron mucho daño a la cultura (y al erario). Incluso se deshizo de “aviadores” y “comisionados” que estaban asignados al instituto. Pero su mayor medalla es la expansión del Festival Revueltas en los municipios, en donde nunca antes habían sido tomados en cuenta. En contraste, grupos de artistas y músicos locales aseguran que el apoyo y apertura han disminuido, y la acusan de gastar millones de pesos en eventos foráneos mientras que al talento local se le ha marginado de plataformas y espacios que tradicionalmente tenían. En resumen, no ha logrado contener la grilla de y entre estos grupos, por lo que le alcanza para un SIETE Y MEDIO.

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Antes de dejar la arácnida capital, la Pony le da una vuelta a la administración del alcalde duranguense José Ramón Enríquez Herrera, quien está a punto de saltar como chapulín en pos de una curul en el Senado. Del famoso doctor Enríquez se dice que mantiene buenos niveles de aceptación, pero más por su personalidad que por su trabajo. Se sabe que no ha descuidado su profesión y sigue ofreciendo operaciones gratuitas en sus ratos libres. Sus constantes viajes a la capital del país han servido para enganchar diversos apoyos para Durango. Pero el doctor se niega a reconocer que se equivocó con varios miembros de su gabinete y no hacer los cambios a tiempo le ha causado asumir el costo social y político de la necedad. Hay enojo social en temas básicos como seguridad, servicios públicos y obras públicas. Además se han disparado los índices de robos a casa habitación a mano armada y de vehículos. Hay crisis en diversas dependencias, algunas tan sensibles como Protección Civil, y hasta perdió una demanda electoral por promocionar su imagen política, enésimo error que le ocasionó su departamento de Comunicación Social. Con todo, él quiere ser senador y cree tener los méritos para serlo, aunque va a dejar tirado el changarro. Por eso, la Pony no puede darle más de un feo SEIS, eso sí, con gorrito de Santa Clós.

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A toda velocidad -o, bueno, a la velocidad que lo permiten las condiciones de las carreteras de La Laguna- la Pony llega a la apacible Ciudad Jardín para evaluar el desempeño de la administración de María Luis González Achem, quien, como si anduviera en campaña, parece que se puso un poco más las pilas. Inició el año con el pie derecho pues fue reconocida con el Premio Internacional Pablo Tarso 2017 “Apóstol San Pablo”, y también logró ser nombrada coordinadora estatal de la Federación Nacional de Municipios de México (Fenamm), organización que hace unas semanas le hizo entrega del Premio Nacional al Buen Gobierno Municipal. Recibió además reconocimiento de parte del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social por combate a la pobreza. Según los cálculos de la Pony, la alcaldesa tal vez no destaque tanto en retórica como en convencimiento, lo que quizá le habrá valido la gestión de 100 millones de pesos de recursos extraordinarios directos de la Federación al presupuesto precario de Lerdo además de la condonación de una deuda histórica de mas de 20 millones de pesos por parte del IMSS. No obstante, con todo no pudo librarse de los grandes problemas arrastrados desde la administración que concluyó en 2007, uno de ellos el contrato firmado con una empresa italiana concesionaria de la planta tratadora de aguas a quien Lerdo debe ya 140 millones de pesos por concepto del agua que no le compra la CFE y que, según el extraño contrato, tiene que cubrir el Municipio. Por otra parte, está a punto de explotar la bomba del laudo final para los ex trabajadores que demandaron también en 2007 (muchos de ellos directores de primer nivel) a quienes se les debe “nada más” 130 millones de pesos por la falta de voluntad de los ex alcaldes de Lerdo para consolidar acuerdos tanto políticos como económicos. Pese a que Lerdo debe más de 300 millones de pesos únicamente de estos conceptos, la alcaldesa no ha perdido la esperanza de ganarse una curul y se ha amarrado a no endeudar al Ayuntamiento solicitando créditos que incluso estarían preautorizados con varias instituciones bancarias, logrando así bajar la deuda pública. No obstante, como que las obras se han tardado en llegar y las colonias de la periferia continúan su camino hacia el deterioro. Así pues (redoble de tambores), por todo lo antes expuesto, la Pony le otorga hoy a la alcaldesa lerdense un nada despreciable SIETE, mejor que el espantoso cinco y medio de hace un año.

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Por fin la Pony arriba a Gómez Palacio, en donde la alcaldesa Leticia Herrera Ale tuvo su primer año completo de administración. Lo primero que percibe la supercomputadora son las gestiones de apoyos con empresarios así como la aplicación de recursos municipales, que han contribuido a reforzar temas como el del equipamiento policial (ya era hora), pues ya se tiene un número considerable de patrullas a diferencia de las siete que había a inicios de la administración. En el caso de los servicios públicos, dichas aportaciones se han dado para corregir problemas añejos como los brotes de aguas negras en el sector Hamburgo, mediante la construcción de un colector. También se han aplicado recursos a la pavimentación de calles, pero los baches siguen a la orden del día, así como el descuido en las banquetas del centro y otros sectores. Además, ha faltado mejorar el equipamiento de vialidades como el Periférico. En suma, ha sido escasa la presencia de doña Lety en el primer año de la administración, lo cual contribuye al descontrol en algunas direcciones o departamentos; ha mantenido a directores o jefes de departamento que no han dado los resultados esperados. Tal vez la grilla duranguense la ha empezado a ocupar un poco demasiado y para que eso no le ocurra en 2018, la Pony le manda un seco SIETE.

En la Secretaría del Ayuntamiento, se nota que Ángel Francisco Rey Guevara tiene experiencia en el cargo en administraciones anteriores, lo que le ha servido para mantener una postura conciliatoria y de mediación entre las autoridades y la ciudadanía. No obstante, el descontrol en las direcciones y áreas mencionado arriba es parte de su responsabilidad, por lo que le alcanza para un SIETE Y MEDIO.

Aunque en la Oficialía Mayor Francisco Bardán Ruelas ha motivado una adecuada administración de los recursos humanos y materiales en las diferentes áreas del Municipio, ha propiciado algunos roces con otros funcionarios. Y es que como cabeza de uno de los grupos al interior de la administración, mantiene una disputa permanente con el síndico municipal José Lorenzo Natera, por ejercer el control y el poder. Para que ya no ande de rijoso, la Pony le manda un SIETE de paquete.

En la escabrosa Dirección de Seguridad Pública, Ricardo Fontecilla Almaraz, ha contribuido a incrementar el número de elementos en el primer año de la administración, así como a reactivar la Academia de Policía y certificar a los instructores, tras años de inoperancia. No obstante, el despliegue policiaco no ha contribuido a la reducción de los delitos de manera considerable, por lo que seguro que tendrá que hacer ajustes el próximo año para mejorar su SIETE.

Luis Wiley Manjarrez, director de Tránsito y Vialidad, ha mantenido los operativos Radar y Alcoholímetro que han contribuido a reducir los accidentes automovilísticos, aunque en diciembre se le durmió y suspendió este último. Por otra parte, operativos como el Cero Tolerancia han dejado mucho que desear, puesto que se han visto como medidas recaudatorias más que para poner orden en las calles. Tal vez lo que le ha faltado es supervisión hacia el personal, y para que ya no le falte, va un SIETE como llamada de atención.

Sobre el eterno director de Protección Civil, Alonso Gómez Vizcarra, la Pony nota que ha sabido mantener la coordinación con dependencias municipales y estatales en la atención de contingencias, así como la atención oportuna de las mismas sea por imprevistos o cuestiones climatológicas. Además, ha hecho gestiones de mayores apoyos materiales para el Cuerpo de Bomberos. En contra de él opera que le hace falta personal para dar una mejor atención y un poco de aterrizaje, ya que algunos creen que tanto año en la misma dependencia como que le han hecho perder algo de humildad. Con la confianza de que corregirá esos aspectos, se lleva un SIETE Y MEDIO.

En la siempre polémica Tesorería, Óscar García Villarreal ha mantenido el equilibrio entre el gasto y los ingresos, algo nada fácil; a la par, ha mejorado la captación de impuestos y el Municipio mantiene una buena capacidad crediticia. Pero no todo marcha bien. A pesar de estar a cargo de una de las áreas más importantes de la administración municipal, al tesorero no se le da eso de informar públicamente de lo que se está haciendo para mantener las finanzas sanas. Vamos, que la transparencia no es lo suyo. Por eso, se lleva un SEIS Y MEDIO.

El contralor Javier Calderón Castillo ha logrado tener mayor control en el manejo interno de la administración, pero al igual que el tesorero, eso de la transparencia como que le causa escozor. Y como eso no va con su cargo, también queda con SEIS Y MEDIO.

En Obras Privadas -perdón, Públicas-, Fernando Uribe Novella incrementó la cobertura en pavimentación, sobre todo en el primer cuadro de la ciudad. Pero le falta bastante en ese rubro, además de que hasta ahora no se ha desarrollado un proyecto de obra trascendental para la ciudad. Suma, por eso, otro SEIS Y MEDIO.

En la dirección hermana de Servicios Públicos, Juan Salazar Reyes ha mejorado el aspecto de los espacios públicos, así como el funcionamiento del servicio de alumbrado público (que estaba algo desmejorado). En contraste, no ha logrado levantar al 100 por ciento el servicio de recolección de basura, pese al cambio de empresa a la cual se le contrata el servicio. Aún así, se lleva un SIETE Y MEDIO.

Escrito en: verdades y rumores Pony, recursos, SIETE, Pero

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