Nosotros

¿Somos previsores?

PADRES E HIJOS

¿Somos previsores?

¿Somos previsores?

IGNACIO ESPINOZA GODOY

Si bien, las finanzas domésticas no son fáciles de manejar cuando los recursos económicos que ingresan son limitados, debido a que sólo un salario es el que sostiene los gastos del hogar o cuando hay dos sueldos pero ambos son insuficientes para solventar las necesidades en los distintos órdenes, la situación se complica si quienes administran dichos fondos no distribuyen con moderación cada peso, y menos cuando en diciembre se echa la casa por la ventana con la compra de un sinfín de regalos sin pensar que a la vuelta de la esquina está la famosa "cuesta de enero".

Por ello, amable lector, los padres de familia debemos, ante todo, ser previsores y siempre ver más allá antes de pensar en cada moneda que saldrá del presupuesto, de tal manera que su destino sea con base en las prioridades del hogar, tales como la alimentación, el transporte, el vestido y las erogaciones económicas inevitables como son las correspondientes al pago de los servicios básicos, entre los que destacan la energía eléctrica, el agua potable, el teléfono, el gas y el servicio de televisión de paga, aunque este último dejó de ser "básico" para muchas familias que prefieren reasignar ese dinero para otro rubro más importante.

La cuestión radica en que los ingresos económicos que llegan como una bendición a nuestros hogares sean distribuidos verdaderamente con racionalidad, de tal forma que no por el hecho de que veamos dinero en el bolsillo pensemos inmediatamente en qué lo vamos a gastar, sino, por el contrario, debemos reflexionar seriamente en que si esos fondos financieros están en nuestra casa no es por obra de la casualidad, sino que es el fruto de nuestro trabajo que con tanto esfuerzo nos ganamos después de una larga y en ocasiones pesada jornada laboral, así que debemos meditar en el hecho de que esas monedas deben ser destinadas a satisfacer las necesidades más importantes.

Y es que en el actual mundo que nos tocó vivir es muy común que muchos padres de familia (ambos, hombres y mujeres) dispongan sin ton ni son del dinero que reciben por semana y quincena y cuando menos acuerdan en cuestión de uno o varios días se encuentran con la triste realidad de que sus bolsillos están vacíos y que aún hay muchas cuentas pendientes por saldar, de ahí que es necesario hacer un alto en el camino en cuanto el salario llegue a nuestras manos para no malgastarlo y darle el mejor uso, para el bienestar de nuestras familias.

Hoy más que nunca, quienes estamos al frente de una familia sabemos que las necesidades por satisfacer dentro del hogar son muchas y que si nuestros ingresos económicos apenas alcanzan para cubrir lo indispensable, la situación se torna más complicada si no hemos aprendido a administrar esos recursos financieros que, insisto, deben ser tratados y considerados como sagrados en virtud de que son el fruto del trabajo cotidiano, por lo que no debemos darnos el lujo de despilfarrarlos sin analizar previamente cómo los vamos a gastar, para no incurrir en el error de desviar su noble destino, que son las necesidades de nuestros hijos y nuestra pareja.

Por ejemplo, en este inicio de año es necesario e indispensable orientar una cantidad importante de dinero para pagar impuestos ineludibles como el Predial y el Refrendo Vehicular, para lo que se requiere de un "guardadito" que no siempre se contempla, por lo que en ocasiones muchas personas recurren a préstamos por los que posteriormente hay que cubrir elevados intereses, lo que pudo haberse evitado si hubiéramos reservado una parte del aguinaldo para ese rubro que sólo espera para los primeros tres meses de cada año, pues luego nos cobran recargos por pagar extemporáneamente.

De ahí la importancia de ahorrar, aunque sea, un pequeño porcentaje de ese sagrado salario que cobramos, generalmente, cada 15 días, ya que ese "colchoncito" de dinero, gradualmente, irá creciendo hasta convertirse en una cantidad significativa que podemos utilizar para cubrir ese tipo de gastos sin que se alteren las finanzas domésticas, pues el objetivo es guardar algo de esos ingresos, hacer un esfuerzo extraordinario para no destinar dinero a rubros que no son prioritarios, como el café diario o la botella de agua, que se pueden reemplazar por productos que llevemos desde el hogar.

Quizá muchos podrían tacharme de tacaño" o exagerado, pero lo cierto es que diariamente hacemos esos llamados gastos "hormiga" que se pueden evitar y que no pasa nada si prescindimos de ellos ya que no son prioritarios en nuestra vida.

Ser previsor es una cualidad que podemos adoptar como parte de un estilo de vida y que nos servirá para organizar mejor nuestro entorno financiero, partiendo de la premisa de que ahorrar es sinónimo de tranquilidad económica, de prevenir, de darnos la oportunidad de mejorar nuestra calidad de vida.

Sólo de nosotros dependerá que nuestra situación económica sea de tranquilidad (no confundirla con austeridad ni de mendicidad), pues el objetivo es prevenir, vivir con la tranquilidad que ofrece el hecho de saber que contamos con el respaldo económico que nos ofrece el dinero ahorrado para el bienestar de la familia.

Escrito en: Padres e hijos dinero, nuestra, necesidades, esos

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas