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Liderar, sobre todo, es ilusionar

Pura Intuicion

RAFAEL ALARCON

 T Odo emprendedor, directivo o político se enfrenta ante el reto de como liderar su organización o grupo social y cual será más efectivo para el logro de resultados inmediatos.

Liderar una organización o gobierno consiste en motivar e integrar las necesidades de los trabajadores y del pueblo en las necesidades de la organización. Desde este punto de vista, liderar es una parte de la tarea directiva, complementaria a otras tareas que también deben realizar un directivo o político.

Las responsabilidades propias de un directivo son: Conocer el entorno y la realidad. Desarrollar una estrategia. Adaptar medios humanos y materiales a dicha estrategia. Tomar decisiones y ejecutarlas.

Cuando el directivo o político adapta medios humanos y materiales a una estrategia se ve obligado a persuadir, motivar, controlar y potenciar a subordinados, iguales o superiores en jerarquía. Para esta tarea ya no es suficiente dirigir, en el sentido de guiar o llevar, sino que resulta necesario incriminar en la tarea, responsabilizar a las personas e ilusionarlas.

Hoy en día se admite que no existe una manera única en liderar organizaciones. El mejor líder es la persona capacitada precisamente para adaptarse a una cultura organizacional concreta. ¿En qué consiste adaptar nuestra manera de liderar al entorno institucional en el que actuamos? Una primera aproximación suele establecerse a partir de la calificación de la ciudadanía.

Se afirma que los ciudadanos poco calificados tendrán necesidad de conductas coactivas, autoritarias y afiliativas. En cambio, cuando la sociedad está basada en profesionales y en la educación, cuyo producto depende directamente de su creatividad, deberán basar los liderazgos en conductas democráticas, de fijación de ritmo y asesoramiento.

Un líder no sólo debe adaptarse a la cultura general de su empresa, sino a cada trabajador en concreto. Una segunda consideración a tener en cuenta es que los seres humanos tenemos tendencia a adaptarnos a las expectativas que vemos proyectadas sobre nosotros. Si nos tratan como niños solemos comportarnos como tales.

Si en un partido de baloncesto todos nuestros compañeros creen que somos rematadamente malos, nuestro juego casi seguro responderá a esta expectativa. Afortunadamente también ocurre el proceso inverso. Así es que lo mejor será tratar a cada cual según su grado de madurez y del poder que se tiene.

¿QUÉ ES PODER? Tiene poder quien manda, quien puede cambiar y dirigir la actividad de las otras personas. Pero la realidad es engañosa. Las personas podemos tener diversos tipos de poder: por las fuentes de donde proviene el poder, por los actos que podemos poner en marcha para forzar conductas y por la vinculación que establecemos con otras personas.

El Coordinador o responsable de un equipo puede ganar su posición progresando en la escala jerárquica marcada por la organización. . En tal caso cuando la ciudadanía entiende que su nombramiento es legítimo. Diferente es el caso del directivo que adquiere su status por tradición familiar o de otro tipo. Finalmente está el caso de quién adquiere su posición mediante algún tipo de fuerza: la del dinero, de las influencias o por usurpación.

Independientemente de dónde le venga el poder, el responsable de equipo empieza a actuar y de ello se deriva su influencia sobre sus subordinados. Es mi intuición que en cualquier organización o puesto lo que se busca es poder ojala sea el mejor y lo que nuestro estado requiera.

Suerte y éxito en el ejercicio del poder.

Escrito en: directivo, liderar, conductas, poder

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