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Los olvidos

SERGIO AGUAYO

SERGIO AGUAYO

A la memoria de Gonzalo Aguilar Zinser y de su lucha contra el tráfico de armas.

Los precandidatos ya presentaron un bosquejo sobre cómo piensan derrotar la epidemia de violencia. Les faltó un marco general y se les olvidó decirnos lo que harán con lo que sí funciona, con la relación con los Estados Unidos y con las víctimas de la guerra contra el narco.

Los tres coincidieron, obvio, en que la estrategia no funciona. Luego presumieron, de uno en uno, que sería tan exitoso que cada fin de semana habría desfiles celebrando las victorias. Andrés Manuel López Obrador se lució con un decálogo, Ricardo Anaya presentó seis prioridades y Jose Antonio Meade nos explicó los cinco ejes de su Cruzada Nacional por la Seguridad Total y Corrupción Cero.

Entendamos que andaban en modo campaña, un estado anímico propicio para la petulancia y la ocurrencia. Dado que por decreto estamos en el período de "intercampaña" (otra manera de llamar a la simulación) tendrán tiempo para examinar algunas sugerencias basadas en lo que dijeron.

Las ideas que fueron presentando carecen de integralidad y es evidente que desconocen el carácter regional del fenómeno. El crimen organizado se separa en grandes vertientes delincuenciales que se modifican, dependiendo de la región en México, pero que tienen conexiones de diverso tipo con otros países de América. En el centro de ese sistema está la potencia regional. Una gran estrategia requiere considerar estas características para, con base en un análisis de riesgo, definir prioridades y concentrar fuerzas. Otra debilidad de los planteamientos de los candidatos son los olvidos. Comento tres.

Asegurar que la estrategia fracasó conlleva el riesgo de desconocer avances y retrocesos. En los once años de guerra han mejorado (y empeorado) instituciones y es notable el conocimiento alcanzado sobre la violencia y la paz. La Policía de Proximidad de Ciudad Nezahualcóyotl sigue funcionando bien y Tijuana y Nuevo León demuestran la rapidez con la cual pueden darse los retrocesos. Sigue entonces que antes de ponerse a borrar del mapa dependencias y programas, se requieren diagnósticos que les permitan preservar lo saludable y extraer lecciones.

Otro olvido, bastante notable por cierto, es que prometen seguridad sin mencionar jamás el papel jugado por los Estados Unidos. Es una negación absurda y suicida, porque cualquier solución exige un reajuste en las relaciones con el gobierno estadounidense; si el vecino no asume su responsabilidad sobre la violencia, seguiremos desperdiciando recursos y vidas humanas. Meade insistió en que controlará el tráfico de armas, pero no explicó que es indispensable la colaboración del vecino.

Estaría, en tercer lugar, el silencio sobre las víctimas de once años de conflicto. Andrés Manuel sólo dijo que las tomará en cuenta antes de conceder amnistías o iniciar diálogos con los capos. Los demás ni eso. Es inaceptable que los candidatos ignoren una de las consecuencias más trágicas de la guerra. Sobre todo porque las víctimas tienen años en la agenda nacional y porque ya hay leyes y dependencias atendiéndolas. Corresponde a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas recordar a los candidatos -independientes incluidos- la urgencia de considerar a los millones de afectados por la violencia.

Hay una razón práctica para pedirles que mejoren sus propuestas en seguridad: lo que hagan será referente para las campañas por otros cargos. Lo ejemplifico con el estado de Morelos de Graco Ramírez, donde el Mando Único ha logrado reducir algunos índices delictivos pese a ser un estado rodeado por entidades infestadas de criminales. Los morelenses por nacimiento o adopción tenemos que reclamar a los candidatos a gobernador que digan lo que harán con esa buena práctica. Sobre todo porque uno de los candidatos, Cuauhtémoc Blanco, lo tiene en la mira.

A quienes aspiran a ocupar cargos tenemos que pedirles, que dediquen más tiempo y esfuerzo a formular propuestas enmarcadas en una propuesta integral y regional que tiene como principal objetivo restañar y reducir el costo social que hemos estado pagando. El peso de esta responsabilidad corresponde a medios de comunicación, organismos civiles, cámaras empresariales y universidades. Tienen que asumir que buscan gobernar a un país de víctimas.

Twitter: @sergioaguayo

Colaboró Mónica Gabriela

Maldonado Díaz.

Escrito en: SERGIO AGUAYO candidatos, estado, estrategia, víctimas

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