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Viviendo con el enemigo

¿Padeces ansiedad y no te has dado cuenta?

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Perla Graciano

Es lunes por la noche, llegas cansado del trabajo y decides cenar algo antes de irte a dormir. Después de prepararte una cena ligera, te sientas en el sillón para ver una de tus series favoritas y de pronto se hace presente… Esa extraña sensación de que algo no está bien y no sabes por qué, en el trabajo no hubo complicaciones mayores y no hay nada que te estrese en ese momento, de hecho deberías estar tranquilo, pero no… está ahí, en tus pensamientos. Empiezas a sentir angustia y tu corazón se acelera… “Algo malo está pasando, algo malo va a suceder… algo malo le está sucediendo a un familiar, o tal vez algún murió… o es un presentimiento de que me van a correr del trabajo...”

Tratas de tranquilizarte, pero tu corazón late a todo lo que da… Ahora la preocupación cambia, “¿Y si me está dando un ataque cardíaco y estoy solo y me voy a morir aquí mismo frente el televisor sin que nadie me ayude?”.

Empiezas a sentir un hormigueo que recorre tus extremidades y sientes el estómago revuelto a punto del vómito. La idea de que te vas a morir se vuelve una certeza. “Leí en Internet los síntomas de un ataque cardíaco y son estos mismos...”

Te recuestas y todo te da vueltas. Decides marcarle al vecino para que te auxilie y te lleve al hospital.

Después de revisarte, el médico te asegura que sólo se trató de un ataque de pánico. No te lo explicas, lo que sentías era real, no te lo inventaste y hasta sientes algo de vergüenza con el médico, con la enfermera y hasta con el vecino.

No lo crees, piensas que el médico se equivocó y días después te realizas una revisión general… el diagnóstico es el mismo: ansiedad. Lleva ya rato contigo, y estás tan acostumbrado a ella que no la notaste, la confundiste con estrés, no creíste que fuera necesario acudir con un especialista, y ese habitante inoportuno en tus pensamientos derivó en una crisis. Ahora debes buscar ayuda.

La ansiedad es un trastorno que tiene diversas manifestaciones, es un sistema de alerta del organismo ante situaciones que pueden considerarse amenazantes, aunque no sean reales. Sus síntomas son palpitaciones, temblor, opresión en el pecho, falta de aire, taquicardia, un sentimiento constante de que algo malo está por suceder, aunque la causa sea difícil de identificar.

“Hay muchas formas de percibir la realidad, en el caso del Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), se perciben las situaciones de manera pesimista, hay pensamientos recurrentes en torno al fracaso o a un futuro negativo”, señala el licenciado en psicología, Abraham Guerra.

¿Estrés o ansiedad?

A veces es difícil distinguir entre la ansiedad y el estrés, pero la diferencia principal es que el estrés se desencadena por sucesos reales de la vida, tal como lo explica el licenciado.

“Es una respuesta física a eventos como carga laboral o trabajos retrasados, en tanto la ansiedad es una preocupación excesiva por sucesos que no son reales, que no han ocurrido. Estos sucesos sólo están en la mente de la persona, quien siempre está preocupada por el futuro o por la posibilidad de que algo le suceda a él o a sus seres queridos: si va a perder el trabajo, si va a tener un accidente... pero es solo una posibilidad que se encuentra en su mente, no es real”.

El estrés es una reacción física normal ante problemas reales, que están sucediendo, y la ansiedad es una reacción a lo que puede suceder.

¿De dónde proviene?

Hay diversas teorías en torno al origen de la ansiedad.

Una de ellas establece que existe una predisposición genética a los trastornos de ansiedad en algunas personas, en el que intervendría el déficit de neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina. Los neurotransmisores son sustancias químicas que transmiten las señales desde una neurona hasta otra por medio de las sinapsis.

“Sin embargo los factores ambientales también son determinantes, por ejemplo un trauma en la infancia, si un menor de edad creció en un ambiente de frecuentes gritos o abuso, puede desencadenar un trastorno de ansiedad en la edad adulta”, explica el licenciado.

No lo dejes para mañana

En algunas ocasiones, el paciente con ansiedad se acostumbra a vivir con este trastorno, al nivel de que considera que no es necesario acudir con un especialista para recibir tratamiento. Debido a la postergación del diagnóstico y tratamiento, la persona con ansiedad generalizada puede empezar a sufrir otros trastornos como insomnio, ataques de pánico, depresión, fobias, trastorno obsesivo compulsivo, agorafobia, entre otros.

Por ello, si alguna persona tiene síntomas de ansiedad generalizada, no debe dejar de pasar el tiempo.

Lo más recomendable es acudir con el especialista. Esta enfermedad debe ser tratada por un psicoanalista, la terapia de conducta, así como la terapia cognitiva conductual pueden ser muy eficaces para tratar la ansiedad. “Sin embargo, en el caso de que la enfermedad sea ya crónica y esté afectando a la persona en su vida diaria, impidiendo su bienestar e interfiriendo en sus actividades, entonces lo mejor es acudir con un psiquiatra, o combinar con ambos especialistas, de acuerdo al diagnóstico”, señala el especialista.

La recomendación final es acercarse al área de salud ante cualquier síntoma. “Hay personas que dicen ‘yo no estoy para tanto’, pero debemos ser conscientes de que cuando la preocupación es excesiva ya no nos deja tener una vida normal, no nos permite ser felices, tenemos pensamientos recurrentes, insomnio, pérdida de apetito o apetito aumentado, tenemos que acercarnos al área médica o psicológica para encontrar la solución a este problema”, finaliza el psicólogo.

Trastornos de ansiedad

• El trastorno de pánico implica sentimientos repentinos, intensos y no provocados de terror y pavor. Por lo general, las personas que tienen este trastorno desarrollan mucho miedo respecto a cuándo y cómo se producirá su próximo ataque de pánico, y en consecuencia a menudo limitan sus actividades.

• Un trastorno relacionado incluye fobias o miedos intensos, respecto a determinados objetos o situaciones. Las fobias específicas pueden incluir situaciones como encontrarse con determinados animales o volar en avión.

• El trastorno de ansiedad social se conoce también como fobia social. Las personas que tienen este trastorno sienten temor a situaciones sociales en las que podrían sentirse avergonzados o sometidos a escrutinio. Generalmente se sienten nerviosos en entornos sociales, se cohíben cuando están frente a otras personas, y les preocupa sentirse rechazados por, u ofender a los demás. Otros síntomas que pueden presentarse son: dificultad en hacer amistades; evitar situaciones de contactos sociales; preocupación durante los días previos a un evento social; y temblores, sudoraciones o náuseas en un ambiente social.

• El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por sentimientos o pensamientos persistentes, incontrolables y no deseados (obsesiones) y rutinas o rituales que realizan las personas para tratar de evitar o para liberarse de estos pensamientos (compulsiones). Ejemplos de compulsiones comunes incluyen lavarse las manos o limpiar la casa en exceso por temor a los gérmenes, o verificar algo una y otra vez para detectar errores.

• Algunas personas que tienen graves traumas físicos o emocionales, como por ejemplo, los producidos por un desastre natural o un accidente o delito grave pueden experimentar un trastorno de estrés postraumático. Los pensamientos, sentimientos y patrones de conducta se ven seriamente afectados por recuerdos de estos sucesos, a veces durante meses o incluso años después de la experiencia traumática.

Escrito en: ANSIEDAD SALUD trastorno, ansiedad, pueden, situaciones

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