A David Rodríguez, un mexicano nacido en Mexicali hace 42 años, la fe lo llevó a reinventarse la bandera del país que dejó atrás hace 25 años. “Se ve rete chula ¿no?”, exclamó Rodríguez, un cachanilla de piel tostada, al desplegar con ambas manos un lienzo de regular tamaño de una singular bandera mexicana: lleva el orden de los colores patrios invertidos, lo cual quiere decir que es roja, blanca y verde, y en medio no emerge un águila devorando un nopal, sino una Virgen de Guadalupe con las manos entrelazadas que asciende sobre una corona de rosas rojas.
A David Rodríguez, un mexicano nacido en Mexicali hace 42 años, la fe lo llevó a reinventarse la bandera del país que dejó atrás hace 25 años. “Se ve rete chula ¿no?”, exclamó Rodríguez, un cachanilla de piel tostada, al desplegar con ambas manos un lienzo de regular tamaño de una singular bandera mexicana: lleva el orden de los colores patrios invertidos, lo cual quiere decir que es roja, blanca y verde, y en medio no emerge un águila devorando un nopal, sino una Virgen de Guadalupe con las manos entrelazadas que asciende sobre una corona de rosas rojas.Nueva York, EU.- Miles de fieles, muchos de ellos hispanos, aguardaron cantando y emocionados el fin de la misa oficiada por Benedicto XVI en la catedral de San Patricio, la primera celebrada por un Papa en un templo considerado como el símbolo de la Iglesia Católica en Estados Unidos. EFE. 19 de abril de 2008.
publicada el 19 de abril de 2008