Se necesitaron dos años para que el ‘show’ estuviera listo y que llevarlo fuera de su país de origen implicó grandes retos. El arte circense, el teatro, la mímica, la danza, la música, los efectos especiales y miles de burbujas se conjugaron para demostrar que la ciencia es divertida y que el juego es cosa de niños y adultos.
Autor: LEÓN CARMELO ALVARADO, publicada el 29 de abril de 2016