Los músicos tenían a los duranguenses en sus manos y ya solo los moldearon con melodías y voces fundidas.
Las ocurrencias de Cristian Castro, el talento musical de Aleks Syntek, ambos locos, los dos grandes voces, un dueto blanco y negro, dan en combinación una fiesta de ambiente, melancolía, pero sobre todo de música y derroche vocal.
Autor: JOSÉ ROBERTO CÁRDENAS ORONA, publicada el 11 de septiembre de 2016