Testimonio de una extorsión: 'Nos estafaron con 6 mil pesos por mi culpa, por distraída'
"Siempre que escuchaba una historia sobre una extorsión, pensaba que eso solo les pasaba a los ingenuos, no entendía cómo era posible que cayeran en el engaño y lamentablemente ya me pasó a mí".
“Rosa” (no es su nombre real), una profesionista que trabaja en el sistema educativo de Durango se contiene las lágrimas al contarle a El Siglo de Durango cómo fue que su familia perdió 6 mil pesos por algo que considera un grave descuido, que todavía le causa mucho coraje, pero que cada vez es más común de lo que parece.
Cuenta que tras una larga jornada laboral y pasar por sus tres hijos a la escuela, se dirigía a su casa manejando su vehículo cuando recibió una llamada de una presunta empresa de paquetería.
“No conocí el teléfono y dudé en contestar, pero la curiosidad hizo que contestara y escuché a un señor muy amable que me decía que ya estaba afuera de mi casa para entregarme un pedido, lo que hizo que me preocupara porque todavía me faltaban unos 20 minutos para llegar”, platica.
“Rosa” asegura que el sujeto con el que habló se comportó siempre muy profesional, con palabras que generalmente sí usan quienes trabajan en dichas empresas con las que está acostumbrada a tratar porque suele recibir varios paquetes debido a los artículos para el hogar que revende en su trabajo.
”Sí, estaba esperando un pedido”
“Lo peor es que sí estaba esperando dos pedidos, pero nunca me había tocado que me hablaran tan temprano. Le dije que si me podía esperar 15 minutos, pero me contestó que no, que solo necesitaba darle una clave que me llegaría al celular para poder dar por completa la entrega y retirarse, que sin ningún problema me dejaba el artículo en la cochera escondido para que no se perdiera”, recuerda.
Inmediatamente, le llegó la clave a su WhatsApp, a lo que ella, con una mano al volante y la otra en el teléfono, le pasó el celular a su hijo mayor para que lo viera y se lo dictara. “Él escuchó el número y me dijo que listo, que ya se había completado la entrega y que se retiraba, a lo que yo todavía le agradecí”, reconoce mientras se lamenta.
En lo que llegaba al siguiente semáforo, por calle Nazas, se quedó pensando que nunca antes le habían pedido una clave, pero no le tomó importancia porque creyó que era parte del proceso y que tal vez como siempre recibía los paquetes en persona no le había tocado.
“Llegue al semáforo donde generalmente hay mucho tráfico y eso me dio oportunidad de intentar abrir mi WhatsApp para revisar el número en el cual me había llegado la clave. Quería ver el perfil para constatar que sí era el de la paquetería y ahí me di cuenta de que ya no podía entrar a mi Whats. Ahí empecé a sudar frío”, dice.
”Tardé en reaccionar”
“Rosa” hizo tres intentos en vano y fue cuando uno de sus hijos le comentó: “¿no te habrán hackeado mamá? Y ahí fue donde caí en cuenta que efectivamente acababan de robarme la cuenta”.
El tráfico, los vehículos y los nervios la obligaron a orillarse después de unos minutos para intentar marcarle a sus padres y hermanos para avisarles que le acaban de hackear su WhatsApp. Primero lo hizo con su hermano, que no le contestó. Después hizo lo mismo con sus dos hermanas y una de ellas le avisó que ya le estaban pidiendo dinero en su nombre, con su número.
“Según yo me tardé como unos 10 minutos, pero seguramente fueron más y en lo que mi hermana me estaba platicando lo que decía el “hacker” en mi cuenta de Whats me acordé de mis papás. Deja les marco para avisarles y le colgué a mi hermana”, platica.
Platica que a su papá no le marcó porque casi nunca le contesta el celular y para colmo, su mamá no le respondió hasta la cuarta ocasión. “Ya te mandé eso, no te contestaba porque estaba en la app del banco”, le dijo su madre por teléfono.
”Me solté a llorar”
“Solo recuerdo que le grité a mi mamá desesperada.
-¿Cuánto le transferiste?, ¿cuánto?
Pero mi mamá no entendía por qué le hablaba así, yo la escuchaba muy calmada.
- Pues lo que me pediste para el accidente… los seis mil pesos. ¿Te falta más?, me dijo y ahí me solté a llorar”.
“Rosa” se trató de calmar y solo le dijo a su mamá que ya ni le hiciera caso a nadie porque le habían robado su celular, que ya iba para allá y que no contestara nada. Fue lo único que pudo decirle para no perder más tiempo en explicarle. Sus hijos publicaron el anuncio en el Facebook de su mamá para alertar a todos sus conocidos y fue la manera en que evitaron que alguien más cayera.
"Resignarse y aprender”
Hoy, dos semanas después de ser víctima de extorsión, Rosa sigue teniendo mucho coraje por haber caído en el engaño. “Un día después pude recuperar mi cuenta y varios amigos y conocidos me enseñaron los chats donde les pedía dinero para pagar un accidente vial que supuestamente había tenido. Solo mi mamá hizo la transferencia porque se preocupó mucho por mí, eso fue lo que más me dolió”, admite.
Al igual que “Rosa”, miles de duranguenses han sido víctimas de este delito en los últimos meses, con el mismo modus operandi, y aunque no todos caen en el engaño, el hackeo de su cuenta de WhatsApp los ha puesto en riesgo de perder parte de su patrimonio.
“No me queda más que resignarme, pagarle a mi mamá ese dinero y que me sirva de lección a mí y a mis seres queridos de que debemos de estar siempre muy alertas porque los delincuentes cada vez son más creativos para intentar robarte. Yo decía que nunca me iba a pasar a mí y me pasó”, finaliza.
Recomendaciones para evitar caer en un fraude
- Estar alerta ante cualquier llamada o mensaje en la que pidan dinero.
- Evitar contestar llamadas de números o ladas desconocidas.
- Verificar que la persona que te contacta es realmente familiar o amistad.
- NUNCA DEPOSITAR NI TRASNFERIR dinero a cuentas desconocidas.
- Desconfiar si llaman de números desconocidos o cuentas, no tengas agregadas en tus redes, aunque tengan fotografías de conocidos.
- Nunca proporcionar datos personales o confidenciales.
Para tomar en cuenta:
Ningún servicio de paquetería solicita pagos o transferencias por manejo de envíos ni está autorizada para cobrar impuestos o cuotas de importación.
Los delincuentes proporcionan números de cuentas a nombre de particulares, nunca a nombre de la empresa.
Contactan a las personas a través de números desconocidos o cuentas no agregadas a las redes sociales de las víctimas.
Esta forma de engaño se utiliza con mayor frecuencia en esta temporada, por lo que es necesario que las personas conozcan su forma de operar.