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Un año bizarro

José Santiago Healy

Aunque en el diccionario la palabra bizarro significa valiente y esforzado, en la práctica este término se utiliza para describir algo extraño, raro y anómalo.

Tal significado procede probablemente de aquel mundo bizarro que aparecía en los cuentos de Superman que deben recordar muy bien nuestros lectores mayores de cuarenta años.

Este 2004 fue a nuestro juicio un año bizarro porque hubo logros en infinidad de sectores, pero la sensación final es que los tropiezos y la incertidumbre agobiaron al mundo entero.

A nivel mundial la guerra de Irak acaparó los principales reflectores, se avanzó en el control militar por Estados Unidos, pero los costos en vidas, pérdidas materiales y el daño moral para tantos inocentes han sido exagerados e incalculables.

La economía resurgió con fuerza en el 2004. En Europa, Estados Unidos y México el crecimiento fue significativo y alentador; sin embargo, la impresión para el grueso de la población es que el desempleo avanza, la vida se encarece y los negocios se complican día con día.

Los precios del petróleo alcanzaron en el 2004 un nivel histórico al superar durante varias semanas los 50 dólares por barril, pero en México este extraordinario ingreso adicional para las arcas federales no se reflejó en el bolsillo de los consumidores ni en los programas para los más necesitados.

En Norteamérica esta alza ocasionó serios dolores de cabeza para la economía y para miles de empresas y trabajadores que vieron mermados sus presupuestos de gastos.

Los grandes eventos internacionales como los Juegos Olímpicos de Atenas y las elecciones presidenciales de Estados Unidos levantaron enormes expectativas que finalmente se disiparon en medio de resultados de nuevo bizarros.

En Atenas el olimpismo fue opacado por el mercantilismo de los medios de comunicación y por el profesionalismo que llegó para quedarse.

Surgieron grandes figuras como el nadador Michael Phelps y la velocista mexicana Ana Guevara, a la par que enormes fracasos como la derrota del equipo de básquetbol norteamericano.

George W. Bush y John Kerry protagonizaron a lo largo del año una de las contiendas presidenciales más controversiales y reñidas de la historia.

Las esperanzas de que surgiera un nuevo líder más humanitario y visionario se opacaron con el triunfo apretado de Bush, quien refrendó sus propósitos de exterminar a todo grupo o nación que se oponga a los intereses de los Estados Unidos.

En México la política se vio dominada por la confrontación, el mar de la corrupción y por un sentimiento de frustración hacia el Gobierno de Vicente Fox, quien lejos de crecer ha sido apabullado por las adversidades.

Los videoescándalos dieron muestra del bajo nivel de la ética que vive la clase política y lo mismo ocurrió con los choques de trenes entre los poderes Ejecutivo y Legislativo que degeneró en una política bizarra, sin pies ni cabeza.

En las relaciones México-Estados Unidos los avances fueron importantes en seguridad y comercio, pero mínimos en migración y derechos humanos.

El pacto migratorio fue utilizado una vez más como bandera electoral: nada se concretó ni al parecer se concretará en el próximo año. Tampoco hubo mejoras en el trato de los indocumentados, quienes cada vez tienen menos derechos y opciones para encontrar un trabajo digno y remunerado.

Para terminar con el año bizarro basta recordar dos hechos a nivel nacional: la resurrección del PRI en varias elecciones y la caída estrepitosa del PAN, el partido en el poder.

A nuestros amigos lectores les deseamos una cálida Navidad y que el 2005 sea el gran año para todos ustedes. Recuerden que cuando el cielo está más oscuro es señal de que muy pronto amanecerá.

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Escrito en: bizarro, Estados, nivel, Unidos

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