Pedro Sánchez Salazar era un joven alegre y amiguero; pertenecía a uno de los grupos católicos del Sagrado Corazón de Jesús y le gustaba mucho la música (tocó en la rondalla del CBTIS 89 y en otras bandas), y en sus ratos libres le ayudaba a su padre en una ferretería. Sin embargo, el miércoles 18 de agosto fue secuestrado y el sábado siguiente fue encontrado muerto a pesar de que su familia había pagado el rescate. La Procuraduría informó que ya fueron consignados los cuatro presuntos participantes del delito, entre ellos dos jovencitas, y fue justo una de ellas quien lo contactó por Face Book y le propuso una cita a "ciegas" para plagiarlo.
La Procuraduría General de Justicia citó ayer a una rueda de presa para dar a conocer oficialmente sobre la detención y vinculación a proceso de Bernardo Gamboa Carrera, de 22 años, vecino de la calle Gómez Palacio, en la Zona Centro; Celia Flores Rosas, de 20, con domicilio en la calle Mitla, en la colonia Azcapotzalco; Claudia Janeth Arzola Galaviz, de 20, vecina de la calle Saucos, en el fraccionamiento Los Álamos; y Óscar Cárdenas Antuna, de 22, con domicilio en la calle Herreros, en la Ciudad Industrial, quienes, según el procurador general de Justicia, Daniel García Leal, ya confesaron su participación en los delitos de secuestro y homicidio.
Las investigaciones arrojaron que fue Bernardo el autor intelectual y material de los delitos mientras que los demás tuvieron diferentes grados de complicidad.
Cabe mencionar que Bernardo era amigo de la víctima, quien contaba con 18 años de edad, de su hermano y de toda su familia; inclusive, constantemente se quedaba a dormir en la casa de Pedro, le prestaban un carro y hasta en ocasiones le daban dinero, situación que aprovechó para fraguar el secuestro con la idea de que no sospecharían de él.
POR FACE BOOK 'LE PUSIERON UN CUATRO'
De acuerdo con los datos proporcionados por las autoridades, la privación ilegal de la libertad se registró el día 18 de agosto; dos días después solicitaron a sus familiares 800 mil pesos para dejarlo en libertad y al día siguiente lo encontraron sin vida en el interior de una camioneta Suburban que dejaron abandonada en una pensión ubicada en las inmediaciones del fraccionamiento Las Fuentes. Se conoció que la muerte la perpetraron desde el mismo día del secuestro.
Los hechos se suscitaron cuando Pedro conoció por medio de internet a Celia; por Face Book intercambiaron fotografías y demás intimidades hasta que la joven, aconsejada por Bernardo, le propuso una cita "a ciegas" y fue precisamente el miércoles 18 cuando se quedaron en ver en "los litros", cerca del Panteón de Oriente.
Cuando llegó Pedro a bordo de su camioneta Suburban de color azul, modelo 2010, lo interceptaron la mujer y Bernardo; lo llevaron a la fuerza a una guardería que se ubica también en la colonia del Maestro, propiedad de la mamá de Bernardo y sitio donde trabajaba Celia.
Ahí, para no dejar evidencia alguna, decidieron matarlo por lo que utilizaron un cable para estrangularlo.
Acto seguido ambos subieron el cadáver a la camioneta Suburban y lo llevaron a la pensión mencionada y le dijeron al encargado que iban a dejar el vehículo por varios días ya que iban a salir fuera de la ciudad por lo que dejaron pagado por adelantado.
LES DIERON 600 MIL
Al día siguiente Bernardo y Celia se comunicaron con la familia de Pedro y pidieron 800 mil pesos a cambio de su libertad, aunque ya le habían quitado la vida.
Fue el viernes 20 cuando los familiares de la víctima llevaron 597 mil pesos, en efectivo y en joyas, en un maletín en el interior de un vehículo tipo Gol, también de su propiedad, a la calle Gómez Palacio, justamente cerca de la casa de Bernardo desde donde estaba observando los movimientos.
Ya el sábado, alrededor de las 14:00 horas, el personal de la pensión se dio cuenta de que en el interior de la Suburban estaba el cadáver por lo que dieron aviso a las autoridades, quienes determinaron que la causa del deceso fue asfixia por estrangulamiento y que tenía 72 horas de haber fallecido.
Al mismo tiempo, Bernardo y Celia salían de viaje con rumbo a Monterrey, Nuevo León, donde con el dinero del secuestro compraron una camioneta Ford, cabina y media, además de ropa y otros objetos, sin pensar que ya los agentes del grupo especializado en secuestros y homicidios les estaban "pisando los talones".
LA CAPTURA
Fue la madrugada del jueves 26 de agosto cuando los elementos de la Agencia Estatal de Investigación "reventaron" la casa de Bernardo y tras confesar el delito delató a sus cómplices por lo que los agentes se dieron a la tarea de capturarlos en sus respectivos domicilios.
El Procurador informó que tras la detención les aseguraron sólo 37 mil 500 pesos de los que habían cobrado, además de varios teléfonos, entre ellos el de la víctimas, así como algunas de las joyas que fueron parte del pago del rescate.
Dentro de lo informado por las autoridades no se dio a conocer qué grado de participación tuvieron Óscar Cárdenas y Claudia Arzola, pues el informante comentó que esos datos eran parte de la investigación y como aún se estaban aportando pruebas no podían darse a conocer a la luz pública.
Finalmente, se dijo que, según el Código Penal, se establece una pena mínima de 45 años y máxima de 70 por el delito de secuestro agraviado y por homicidio se sanciona de 30 a 60 años de prisión.