Editoriales

La sombra de la pobreza entre la fiesta de la niñez

La Raya del Tigre

La sombra de la pobreza entre la fiesta de la niñez

La sombra de la pobreza entre la fiesta de la niñez

RUBÉN CÁRDENAS

Celebramos hoy el Día del Niño, una fecha esperada por muchos de los 40 millones de niños y adolescentes en México, la mitad de los cuales tendrá un festejo o regalo por única vez en el año. Esta mitad (21.2 millones) se encuentra en pobreza y, de allí, otros 4.7 millones viven en pobreza extrema.

Este desalentador panorama lo da a conocer el reporte "Pobreza y derechos sociales de los niños, las niñas y adolescentes de México 2010-2012", elaborado conjuntamente por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

La representante de la UNICEF en México, Isabel Crowley, expresó "profunda preocupación" porque tan grave problema no ha sido suficientemente atendido y las consecuencias para estos millones de jóvenes mexicanos serán de largo alcance; es decir, afectarán por el resto de la vida en gran parte de los casos.

Durante la presentación del informe, la investigadora sostuvo que la situación más apremiante la padecen los adolescentes indígenas en el rango de 16 años, ya que casi ocho de cada diez, un 78.5 por ciento, viven en condiciones de pobreza, y uno de cada tres en pobreza extrema, con serios problemas de desnutrición.

En general, más de un 30 por ciento de la población infantil en México carece de acceso a una alimentación sana y variada, lo cual afecta su desarrollo, aseguró la representante de UNICEF. Esa cifra, en estos años, seguramente ha sufrido considerable variación, puesto que cada vez hay más niños que pueden tener comida en la mesa sólo una vez al día, y no de gran calidad, por cierto.

También, aunque no incluye estos datos el informe, es innegable el deterioro del ambiente donde se desarrollan los niños, en todos sentidos. Muchas de las grandes empresas que se establecen dentro o cerca de comunidades altamente pobladas, han tenido fuerte impacto ambiental en esas zonas y los daños a la población infantil, aunque han sido documentados por numerosas instancias, prevalecen.

Así, los más afectados por cualquier importante avance industrial son los niños, y todavía no se ha medido por parte de los gobiernos, aunque sí de ciertas organizaciones ambientalistas, el perjuicio que se les ocasiona a corto y mediano plazo en su salud, por ejemplo, mientras que se les reducen las áreas verdes para jugar y hacer deporte.

Por su parte, Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del CONEVAL, aseguró que la pobreza infantil en el país es mayor a la que vive la población en su conjunto, ya que, mientras el porcentaje de la pobreza nacional alcanza el 45.5 por ciento y, de éstos 9.8 por ciento en pobreza extrema, entre la población de 0 a 17 años de edad las cifras son de 53.8 por ciento en pobreza y 12.1 en pobreza extrema. Así están sobreviviendo esas generaciones a las que pomposamente se les llama, en todos los discursos (no se diga este día), "el futuro de México".

Del grupo de infantes que no sobrepasan el año de edad y, pese a programas tan amplios como el Seguro Popular, un altísimo 27.5 por ciento no tiene acceso a ningún servicio de salud, quizá excepto a vacunas, lo cual es preocupante, si se toma en cuenta que a esa edad los niños son más vulnerables ante las enfermedades.

Con tal escenario, tanto la UNICEF como la CONEVAL dan seis recomendaciones a las instancias mexicanas para cambiar el sombrío panorama de la infancia, entre las que destacan: dar un mayor impulso al desarrollo económico, garantizar el acceso universal a la salud, la alimentación y la educación, así como generar estrategias integrales de desarrollo infantil temprano, entre otras.

Ninguna de estas líneas de acción llega a ser novedosa, excepto si se aplica, porque al hablar de la infancia planes y proyectos sobran, pero sólo cuenta aquello que se nota y se vive como una realidad.

Y la realidad es que miles de niños mexicanos son blanco de explotación, incluso de sus propios padres; de maltrato, de omisión en su cuidado, violencia en casa, no acceso a la escuela, sin derecho a elegir un futuro mejor que el de sus padres -porque la pobreza le marca un límite difícil de rebasar- y tantos otros problemas que le podrían impedir un desarrollo sano, de manera que, mientras no exista un verdadero interés por implementar políticas públicas para garantizar mejores opciones hacia la niñez, cualquier diagnóstico, tan útil como pueda ser, requiere de un seguimiento inmediato en la práctica.

En este marco, pues, llegamos a una celebración más de nuestros niños. Algunos tendrán la oportunidad de asistir a una fiesta, a espectáculos gratuitos y divertirse, pero la mayoría ni siquiera podrá contar con una comida digna o una rebanada de pastel. Si en verdad creemos que los niños son el futuro de México, al gobierno, instituciones y a los padres de familia, nos urge cambiar el entorno para asegurarles un presente digno y que, a partir de allí, sean capaces de constituirse como el pilar de la nación, el futuro de México. Lo cierto, entonces, es que la niñez mexicana requiere atención urgente, sin más dilaciones.

QUEDÓ CONSTITUIDO AYER el Parlamento Infantil en el Congreso del Estado, un evento anual en el que los niños se convierten en legisladores y proponen un Durango mejor... EN EL PLAN Nacional de Infraestructura, presentado ayer por el gobierno federal, destaca para Durango la conclusión del Hospital 450, aunque para el año entrante; una clínica más del ISSSTE en esta capital y la construcción de un gasoducto en Gómez Palacio... DISPUSO AYER LA Secretaría de Educación que habrá clases mañana jueves, uno de mayo, pero serán suspendidas las labores el viernes y también el lunes; otro fin de semana muy largo se acerca, entonces.

TWITTER @rubencardenas10

Escrito en: pobreza, niños, futuro, población

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas