
La vida a través de la Psicología y la Literatura
Pues resulta que soy literato y psicólogo, y pienso y actúo como tal. Desde temprana edad, y en un principio sin tener mayor conciencia de ello, me ha gustado, he coexistido y he disfrutado, tanto de la literatura como de la psicología. Dando por resultado que a la fecha sea lector, escritor y profesional de la psicología. Y al estar en tan cercana y cotidiana convivencia me ha quedado claro que la psicología y la literatura son precisamente las que mejor nos permiten entender la conducta humana. La primera como ciencia y la segunda como arte. La primera de forma metódica, con varias teorías, enfoques y técnicas. Y la segunda es, en miles de libros de todos los tiempos y en todas las lenguas, una encantadora y vibrante relatora de vidas, intimidades, secretos, pasiones, bajezas, traiciones, violencias, triunfos, derrotas, muertes, pensamientos, razonamientos, heroísmos, cobardías, afanes, esfuerzos, ira, perdón, afanes, apegos, obsesiones, alegrías y tristezas, angustias, soledades, dramas, optimismo, pesimismo, sueños, y más. En millones de páginas, como si fuese por arte de magia, nos ha permitido adentrarnos en los personajes de su narrativa, ¡ser los personajes! Si hemos leído tantas novelas, cuentos y poesía, así como vivir, gracias a estas, docenas de vidas, ¿cómo no conocer y entender al ser humano? después de todo esto , ¿!cómo no preguntarnos quién sabe más del razonar, sentir y hacer!?, ¿serán los psicólogos o los literatos?, ¿serán los literatos expertos en la vida y los psicólogos expertos en conducta? Lo cierto es que hay claras y evidentes diferencia y similitudes entre ellos: el literato puede vivir las vidas de los personajes y también entenderlas, pero no tiene por meta ayudar a las personas a resolver sus problemas ni a ser más felices; no así el psicólogo. Cuando las personas tienen problemas emocionales van a ver al psicólogo y no al escritor, ni al filósofo, ni al sociólogo. Así como el literato, además de escribir, también lee; los psicólogos, además de atender a sus pacientes, ellos mismos, para mantenerse emocional y mentalmente sanos, requieren también de ir a terapia regularmente.
La Psicología enseña, la Literatura ejemplifica. La Psicología despierta interés y resuelve problemas; la literatura es fascinante, interesante y enamora. La Psicología es sistémica y la literatura es escénicamente narrativa. La Literatura no pretende enseñar, pero sin proponérselo y sin anunciarlo enseña, a su manera. Generalmente la psicología les interesa y gusta a los literatos, así como también, generalmente, la novela humanista les gusta a los psicólogos. La Psicología no pretende un placer estético, en cambio, la literatura sí, como todo arte. La psicología puede estudiar a la literatura, pero la literatura no pretende estudiar a la psicología. Hay novela psicológica, pero no psicología novelada. Otra de las similitudes interesantes entre la psicología y literatura es la que proviene de la Terapia Narrativa, a partir del hecho de que todos los seres humanos somos narradores de vivencias significativas que han venido integrando nuestra autobiografía. Narraciones que les contamos a los demás pero que también nos contamos a nosotros mismos. La narrativa personal es lo que explicamos (y nos explicamos) sobre nuestra propia vida. Somos nosotros mismos los que generamos nuestra historia, así como un conjunto de actitudes de actitudes hacia dicha historia. Y de la misma forma en que un escritor de literatura puede re escribir su narrativa y por lo tanto, el efecto que tendrá en sus lectores, asimismo en la terapia narrativa, un psicólogo puede ayudarle a su cliente - paciente a que la narración de su problema sea visto desde otras perspectivas y valoraciones.
Así como lo que una persona se dice a sí misma es tomado como una realidad, al cambiar lo que se dice, cambia también el entendimiento de la realidad y por lo tanto, las alternativas (que antes no existían o estaban ocultas) que lo lleven a soluciones y a sentirse bien.
Pero es sobre todo, estar en contacto amplia y profundamente con todas las facetas del ser humano, donde confluyen plenamente la literatura y la psicología.
Los psicólogos, filósofos, sociólogos, literatos, humanistas, antropólogos e historiadores compartimos el interés por el ser humano. Somos profesionistas que, a partir de similitudes y diferencias, aprendemos unos de otros. En este escrito, específicamente, estamos haciendo la invitación a enriquecer nuestros conocimiento del ser humano al internarnos en el fascinante universo de la literatura.
¿Qué beneficios nos puede reportar el leer? Si es por obligación no muchos, pero si es por gusto sin lugar a dudas, proporcionará una evidente ventaja competitiva sobre los demás.
Leer las biografías y las obras de los hombres más brillantes de todos los tiempos, en cualquiera de los campos del quehacer humano, es como platicar con ellos personalmente.
Leer incrementa el vocabulario y la elocuencia, agudiza la mente y nos da recursos para enfrentar con mejor lucidez, eficiencia y resultados los desafíos y problemas de la existencia, en lo personal y lo laboral. Leer alimenta y desarrolla no sólo nuestro intelecto, sino también nuestras aspiraciones.
En México, la más reciente encuesta del INEGI (2018) sobre hábitos de lectura, revela que la mitad de los mexicanos no leen nada. De acuerdo a el periódico El Economista (2018), el promedio de lectura de las personas que sí leen en México, es de 3.8 libros por año. Y en información aportada por el periódico La Crónica (2016), México ocupa el penúltimo lugar en consumo de lectura entre los 108 países del mundo que sí leen.
Con fines de ilustración, si tomamos a un mexicano de treinta y cinco años de edad que haya empezado a leer en la secundaria, de acuerdo al promedio de lectura de nuestro país, es de esperarse que ya haya leído 87 libros en total.
De los libros que considero muestran la naturaleza humana, nos hacen pensar, nos inspiran y nos edifican, me permito recomendar los siguientes:
LITERATURA PSICOLÓGICA:
El arte de amar, Erich Fromm; El hombre en búsqueda de significado, Victor Frankl; Desarrollo del potencial humano, Juan Lafarga Corona; Walden dos, B.F. Skinner.
LITERATURA EN BÚSQUEDA DE UNO MISMO:
Siddharta, de Hermann Hesse; Juan Salvador Gaviota, Richard Bach; Las Enseñazas de Don Juan, Carlos Castaneda.
LITERATURA DE AMOR Y TRAGEDIA:
Madame Bovary, Gustave Flaubert; Werther, Goethe; El túnel, Ernesto Sábato; Romeo y Julieta, Shakespeare.
LITERATURA DE AMOR:
Aventuras de la Niña Mala, Mario Vargas Llosa; El amor en tiempos del cólera y Del amor y otros demonios , Gabriel García Márquez; Confieso que he vivido, Pablo Neruda; Diana o la Cazadora Solitaria, Carlos Fuentes; Justine (primer libro de El cuarteto de Alejandría), Lawrence Durell; Thais, Héctor González.
LITERATURA POPULAR:
Amarse con los ojos abiertos y el camino del encuentro, Jorge Bucay; Juventud en extásis, Carlos Cuahutemoc Sánchez.
POESÍA:
Mario Benedetti, Jaime Sabines, Sor Juana Inés de la Cruz y Pablo Neruda.
BIBLIOGRAFÍA:
Literatura y psicología, Isabel Paraíso Almansa.
Lo que la Literatura puede aportar a la Psicología Social, Anastasio Ovejero.
Psic. Héctor González Ramírez. (618) 1845 186