Gorillaz estrena 'Cracker Island' y marca su música mejor que nunca

A finales de los noventas, en 1998 para ser exactos, Damon Albarn tuvo la genial y loca idea de crear un proyecto que rompiera los moldes que él mismo había hecho para la banda que lideraba, Blur. Veía el canal de lo que entonces era música, MTV, y pensó en formar una agrupación distinta junto a Jamie Hewlett y Remi Kabaka “Jr.”, unos personajes animados que ahora son bien reconocidos: 2-D, Murdoc Niccals, Russel Hobbs y Noodle.

La banda se bautizó como Gorillaz, con la que el músico inglés dejó completamente claro que se podía hacer algo distinto al dejar como legado en la música varios discos que hoy son punto de referencia para su carrera, “Gorillaz”, su primer álbum, que vio la luz en el 2000, o “Demon Days” del 2005 e incluso el “Plastic Beach” del 2010, tres de un total de cinco materiales discográficos, de los que se desprendieron temas icónicos de la agrupación.

A esta lista, con gran antecedente, se suma “Cracker Island”, su nuevo álbum que, al estilo ya claro de Gorillaz, está repleto de ambiciosas colaboraciones, ritmos, estilos, géneros y conceptos, que se convierte en otro acertado paso de la trayectoria de Gorillaz.

Y es que Albarn logró lo que pocos esperaban, desprenderse como figura de la banda, pues difícilmente se recuerda al exvocalista de Blur como una figura no virtual, pues a más de 20 años de haber formado Gorillaz, sus cuatro integrantes tiene vida y personalidad propia, alejadísimos ya de pensar si son o no reales.

UN DISCO DE COLECCIÓN

De “Cracker island” se conocía ya la mitad de sus canciones, pues desde hace meses estrenaron a manera de sencillos “Silent Running”, “Skinny Ape”, “Baby Queen”, “New Gold” y el propio “Cracker island”, la mayoría de ellos con importantes colaboraciones.

Ahora que se conoce el álbum completo, se sabe que este inicia con su tema homónimo, un enérgico tema en el que Thundercat hace lo propio con su bajo.

Después se presenta “Oil”, la canción que grabaron junto a la increíble Stevie Nicks, una mezcla que da como resultado una de las mejores piezas de este disco.

“The Tired Influencer” es uno de los pocos temas sin colaboraciones y que probablemente ni falta le hizo, pues con un ritmo lento da una especie de corte al material.

Seguido está “Silent Running” junto al cantante Adeleye Omotayo, integrante de The Humanz Choir, quien da un toque melancólico al tema y lo viste como una verdadera joya.

Después está “New Gold” con Tame Impala y Bootie Brown, este último, otro de sus colaboradores más reconocidos, con quien formaron aquel tema inolvidable “Dirty Harry” en el 2005. Por el lado de Kevin Parker, vuelve suya esta pieza, pues los ritmos y solos encajan en sus trabajos personales, como “Currents” o hasta el mismo “The Slow Rush”.

“Baby Queen” solo de Gorillaz, continúa los tracks, una canción que tiene todos los puntos de la personalidad de la banda pero que hace ver que “Tarántula”, el siguiente tema, se vea corto, al ser uno de las creaciones menos sorprendentes, aunque aceptable.

BAD BUNNY PRESENTE

La colaboración con Bad Bunny, una de las más sorprendentes e inexplicables llega en “Tormenta”. “Y aprovechame hoy que mañana me voy y no sé cuándo vuelvo si en tus ojos me pierdo”, se escucha en la letra del tema que de alguna manera sigue la línea de lo que podría caracterizar a Gorillaz.

En él sobresalen ritmos que recuerdan de cierta forma al tema “Empire Ants”, que lanzaron junto a Little Dragon en el 2010, en el que destaca un piano suave y tiempos lentos, aunque también lleva el estilo de Bad Bunny, con tonos que ya dejó ver en su disco “Un Verano Sin Ti”, una canción tropical, fácil de digerir que dan como resultado una mezcla que nadie pidió pero que funciona.

Ya rumbo al cierre, “Cracker Island” guardó dos canciones perfectas, una de ellas, el sencillo “Skinny Ape”, enérgica, eléctrica y ágil.

El artista Beck concluye el disco al acompañar a Gorillaz en “Posession island”, un tema preciso, con piano, dos trompetistas, con la voz de Albarn y el músico californiano a un ritmo lento, quienes corean ‘estamos todos juntos en esto hasta el final’”.