
Gómez Palacio: virus que muta y gobiernos distraídos
La muerte de una niña de apenas tres años en la Comarca Lagunera, víctima del virus H5N1 de la influenza aviar, no solo marca un hito en la historia epidemiológica de México, sino que es, también, un aviso que nos pone de frente ante un escenario que ya no pertenece únicamente a los libros de salud pública, sino a nuestra realidad inmediata.
Este caso, el primero documentado en humanos en nuestro país, ocurrió en Gómez Palacio, Durango, y terminó con el fallecimiento de la menor en una clínica del IMSS en Torreón, Coahuila. A pesar del cerco sanitario implementado y de las acciones puntuales que han seguido las autoridades, la raíz del problema es más profunda y nos obliga a mirar más allá de lo inmediato.
En el resto del mundo, la situación ya ha dejado de ser anecdótica para convertirse en una amenaza global. La Organización Mundial de la Salud ha registrado, desde 2003, casi mil casos de gripe aviar en humanos en 24 países, con una letalidad superior al 48 por ciento. Pero lo que más preocupa no es solo el número, sino la tendencia, ya que el virus se ha extendido a más de cien países, ha mutado y ha comenzado a infectar mamíferos, un paso que, en términos evolutivos, lo acerca peligrosamente al ser humano.
Los científicos han sido claros. La cepa H5N1 ha demostrado ser altamente patógena. Se ha adaptado a nuevas especies -desde zorros hasta gatos y vacas-, y su presencia ha sido detectada en toda América, incluida ya la zona norte de México. La frontera entre el virus y una pandemia humana es cada vez más delgada. Y aunque, por ahora, no existe evidencia de transmisión sostenida entre personas, lo cierto es que el virus ya ha hecho todo lo necesario para que eso sea una posibilidad.
¿Está México preparado para un brote de gripe aviar a gran escala? Si algo nos enseñó el COVID-19, es que la improvisación cuesta vidas. Hoy tenemos una ventaja: existen vacunas específicas, antivirales, protocolos internacionales y conocimiento científico acumulado; no obstante, tenemos también algunas desventajas como la falta de coordinación entre estados y federación, la debilidad del sistema primario de salud y, en muchos casos, la renuencia a actuar con la seriedad que se requiere.
En Durango y Coahuila, la reacción ha sido prudente pero tímida. Se instaló un cerco sanitario, se monitorearon granjas, personal médico y se hicieron pruebas PCR. Sin embargo, la niña estuvo internada 23 días con un diagnóstico reservado mientras la sociedad apenas se enteró del caso. El debate público fue escaso, casi inexistente, y aún hoy no existe una campaña de información a nivel nacional o de estados que advierta a la población sobre esta amenaza silenciosa, pero real.
Estamos muy a tiempo de exigir que se tomen medidas concretas a las autoridades, pero también como sociedad debemos acatar los protocolos de protección. México no puede darse el lujo de minimizar el riesgo; Durango no está en su mejor situación económica como para volver a caer en una paralización. Necesitamos vigilancia epidemiológica activa, protocolos claros en cada estado, coordinación con organismos internacionales y, sobre todo, un gobierno dispuesto a comunicar con transparencia.
La salud pública no admite zonas grises. El caso de la pequeña fallecida en La Laguna es, tristemente, una advertencia que llega demasiado tarde para ella, pero aún a tiempo para nosotros que aquí seguimos. Que su muerte no sea en vano y que sirva para despertar a Durango y a México entero, porque no puede permitirse que se repetían los errores del pasado.
EN LA BALANZA.- Hoy inicia en Durango la etapa de campañas rumbo a la renovación de sus 39 alcaldías, y con ello se abre una nueva oportunidad para que la ciudadanía escuche, compare y decida. El proselitismo debe ser más que espectáculos de marketing político; debe ser de espacios clave para el contraste de ideas, la exposición de propuestas y la construcción de legitimidad democrática. Lo menos que esperamos de este proceso es altura de miras, respeto entre contendientes y una competencia basada en argumentos, no en descalificaciones. Que partidos y candidatos entiendan que están frente a una ciudadanía crítica, que ya no se conforma con promesas vacías ni discursos reciclados.
X: @Vic_Montenegro