
La vertiente exterior de nuestra seguridad nacional en la confrontación China-EUA
México tiene relevancia geopolítica y geoestratégica significativa para Washington, no solo por su vecindad, sino por su papel en dimensiones económicas, tecnológicas, logísticas, de seguridad y diplomáticas. Construimos una política exterior de principios y una diplomacia profesional ejemplar para el orden mundial, actualmente con escasa presencia porque carecemos de estrategia y erosionamos los recursos humanos-materiales de influencia y participación activa, colocándonos fuera del reordenamiento geoestratégico actual. "Requerimos recuperar nuestra diplomacia integral y sistémica, aprovechar y fortalecer los recursos humanos calificados que prevalecen y capacidades técnicas-tecnológicas que quedaron, para nuestro reposicionamiento propositivo regional y multilateral".
Somos vecinos y aliados económicos-geográficos de una de las potencias en conflicto, dependiendo también de la inversión y mercado chino. Recuperemos nuestra tradicional influencia como "facilitadores" en foros multilaterales. "La política interior ya demostró que no es la mejor política exterior". Tenemos amplia red de embajadas y misiones permanentes, un cuerpo diplomático profesional castigado en sus perfiles individuales de carrera, con recortes presupuestales y presencia reducida en temas estratégicos como defensa nacional-integral, tecnología, y seguridad energética, al reducir participación en G20, APEC, ONU, OCDE; conservando liderazgo en CELAC y con algunos países de Latinoamérica. "Sin definir estrategia ante la nueva bipolaridad, ni proponer hasta hoy modelos alternativos de orden global".
Los principales temas que nos afectan son: sustituir manufactura y ensamblaje "hechos en China", con producción cercana y aliada aprovechando proximidad geográfica, utilizando reglas comerciales estables del T-MEC, mano de obra competitiva y experiencia industrial; excluir prácticas chinas como dumping y transferencias de tecnología. Nuestro litio y tierras raras interesan a EUA como insumos para tecnologías verdes y militares, reduciendo dependencia de China; así como el agua, energía solar y gas natural en el norte del país. "China ha incrementado inversiones, diplomacia e infraestructura en américa, aunque en menor grado en México, inquietando a nuestro vecino posibles nexos financieros, tecnológicos o militares".
El vecino-aliado geoestratégico considera nuestro corredor del Istmo de Tehuantepec como alternativa del Canal de Panamá; puertos, aduanas, telecomunicaciones, ciber infraestructura y busca no permitir tecnologías chinas en sistemas sensibles, imponiendo estándares compartidos de seguridad informática y energética.
Insiste en seguridad fronteriza-crimen transnacional por "terrorismo-drogas y armas", señala a China como origen de precursores; controla espacio regional aéreo-marítimo porque estamos en su sistema hemisférico de vigilancia del Pacífico-Caribe del Comando Norte; exige cooperación en tecnologías críticas fabricando y ensamblando semiconductores, inteligencia artificial, energía renovable. "Busca evitar la dependencia de Asia en estas áreas clave". Le interesan nuestros posicionamientos diplomáticos en la ONU, OMC y otros donde se debatan iniciativas contra China, la neutralidad o cercanía con los BRICS; agenda ambiental, energética y laboral del T-MEC, privilegiar sus estándares sobre prácticas chinas. "Hacer lo contrario impulsivamente motivará tensiones".
La situación actual es una oportunidad para reposicionarnos como actor normativo y articulador regional, aprovechando nuestra posición geográfica, la ineludible alianza con EUA y conservar la neutralidad con China. "Volviendo a nuestra tradicional tarea de facilitador en temas clave del orden mundial: tecnología, comercio, seguridad y desarrollo". Tenemos ventaja estructural por el T-MEC, América latina carece de un vocero relevante en foros internacionales; México mantiene tradición-prestigiosa como país confiable-no militar que contiene conflictos sin provocar rupturas abiertas. Aunque últimamente privilegiamos ideologías, con ambigüedad para aliados y desprecio hacia algunos pares, "aun así, persiste el respeto internacional a nuestros principios de política exterior".
Evitar nuestra exclusión del rediseño de estándares tecnológicos-digitales en disputa; posicionarnos como eje de relocalización industrial y articulador del nuevo regionalismo latinoamericano; reconstruirnos como interlocutor creíble-neutral y solvente. "Posicionarnos como país líder contra el neoterrorista-crimen transnacional, en todas sus formas y espacios". Posibilitando nuestro regreso como promotor regional de consensos-pacíficos, siempre y cuando logremos posicionarnos como centro-estratégico garante del uso ético-eficiente de tecnologías, alineando intereses comunes en seguridad-prosperidad y restableciendo reglas existentes de convivencia pacífica.
La tarea es no tomar partido en la confrontación bipolar, actuando como garante de estabilidad con una diplomacia prudente, activa sin provocar los dos nuevos mundos; recuperando la integración hemisférica. "Lograr una solidaridad NO Alineada con países americanos, como "tercera opción continental que proteja uniendo, soberanías-sometidas y... ¿por que no?, también global". Transitando hacia una diplomacia tecnológica, normativa y de principios; geodiplomacia económica regional-global; y una diplomacia que asegure seguridad multilateral y contenga amenaza terrorista-transnacional. Promover una diplomacia multilateral sustentada en neutralidad proactiva, liderazgo plural y cooperación regional-global en este nuevo orden.
"El desafío exige pragmatismo-transparente, erradicar corrupción-impune, rendir cuentas, conciencia plena que cada palabra-acción impacta personas y un compromiso completo con México".
* El autor de esta colaboración es General de División de Estado Mayor, Maestro en Seguridad y Defensa Nacionales.