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Para reflexionar, situación del agua en la capital

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Para reflexionar, situación del agua en la capital

Para reflexionar, situación del agua en la capital

JUAN MANUEL CÁRDENAS

En casi cuatro años que tengo viviendo donde radico actualmente, este fin de semana fue la segunda ocasión en que nos quedamos sin agua. Y no es que nunca haya faltado, sino que contar con una cisterna ha permitido atenuar la falta de agua ciertos días. Lo cual se vuelve cada vez más constante.

Lejos han quedado los días en los que las casas de la ciudad de Durango podían disponer de agua del tinaco, el cual se llenaba diariamente con la presión de la toma exterior y rara vez faltaba líquido. Con el crecimiento poblacional, la demanda ocasionó que paulatinamente los requerimientos urbanos involucraran la instalación de cisternas para incrementar el almacenamiento de agua y la consecuente disponibilidad para la dinámica diaria. A la par, las malas instalaciones hidráulicas y el natural deterioró incentivaron una pérdida de líquido que, según las autoridades, alcanzaba hasta el 80 por ciento a causa de fugas.

Había otro factor importante en esta situación. Crecimos en una época en la que la disponibilidad de agua nos permitía jugar a cubetazos, tomar baños de hasta media hora y, los que podían, llenar algunas albercas para mitigar el calor. Es decir, carecimos totalmente de una cultura que nos hiciera prever el riesgo que tarde o temprano iba a alcanzarnos, en que contaríamos con agua potable por unos minutos al día y tendríamos que racionarla.

Aguas del Municipio de Durango avisó el pasado martes que realizaría trabajos de mantenimiento en el macro tanque elevado de Tapias, lo que limitaría la disponibilidad de agua en al menos 16 colonias y fraccionamientos del sur poniente de la capital durante miércoles y jueves; con la expectativa de que el viernes habría baja presión pero estaría restablecido el servicio. Lo cual no ocurrió.

La mañana del sábado tuve que apagar la bomba porque estaba pasando puro aire. Era lo único que había en la cisterna, al igual que en la de casi un centenar de mis vecinos que agotamos nuestra reserva. Algunos cuantos habían recurrido a una pipa que llegó el jueves para abastecer a quienes ya tenían sus cisternas vacías, pero quienes por cuestiones de trabajo o compromisos no estuvimos en casa, nos atuvimos al supuesto restablecimiento del suministro al día siguiente.

La mañana del sábado fue caótica para los operadores de las pipas que llegaron a llenar cisternas. Mi calle fue la primera en ser atendida mientras el resto de los vecinos se acercaba para pedirle al conductor que se acercara a sus respectivas casas. Ese camión resultó ser insuficiente, al igual que el siguiente y el siguiente y así. Perdí la cuenta en la cuarta pipa.

Eso sí, para el medio día de ese sábado llegó el agua con la presión habitual. Pero entre mis vecinos generó la preocupación sobre la temporada de estiaje que recién inició, incluso compartimos recomendaciones para aumentar el ahorro de líquido y eficientar su consumo en casa. Fue una crisis que nos hizo reflexionar. Pero en realidad el tema apenas empieza.

Asumimos el compromiso y la responsabilidad, individual y colectiva, para generar un uso eficiente del agua en mi fraccionamiento, con la expectativa de que dispongamos del servicio con la normalidad establecida, aunque sea por tandeo. Pero que llegue seguro el agua.

La última actualización del Monitor de la Sequía este fin de semana, situó al municipio de Durango en la categoría de sequía moderada. La temporada de estiaje recién inició en marzo y su condición más intensa se sentirá durante el mes de mayo, prolongándose hasta junio. Se trata de las fechas del año que más consumo de agua potable representa para los hogares y, en consecuencia, la reducción en la presión de las tomas domiciliarias.

Hace casi cuatro años, al llegar a esta casa, teníamos agua en la llave exterior las 24 horas del día y con mucha presión. Pocos meses después, se dispuso el tandeo y solamente disponemos de agua por un par de horas a medio día y un rato en la noche. Ahora, valoro contar con el suministro aunque sea en esos dos lapsos del día, siempre y cuando no nos vuelva a faltar.

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES agua, presión, cual, sábado

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