
Atractivo. Una alternativa de diversión dentro de este lugar es el tobogán para niños y adultos.
Cuando el dinero no alcanza para ir a la playa o salir de vacaciones a otro estado, pero se necesita un respiro de la rutina, muchos duranguenses se inclinan por una opción más cercana: un lugar a las afueras de la ciudad donde pueden relajarse y divertirse sin gastar de más.
Aunque no está lejos del Centro, incluso el transporte público llega hasta allá, durante los días del Triduo Pascual suele llenarse rápidamente, por lo que es recomendable acudir antes de las nueve de la mañana para asegurar un buen lugar.
Playa Dalila abre a las nueve en punto, pero durante estos días es común que las personas lleguen desde las ocho, esperando ser de los primeros en ingresar y así alcanzar una palapa bien ubicada, como ocurrió con Esaú Serrano.
Esaú llegó acompañado de su familia, conformada por hermanos, hijos y sobrinos; en total eran alrededor de 30 personas. Fueron los primeros en llegar, pero poco después arribaron otras cinco familias, todas listas para ingresar en cuanto se abrieran las puertas.
A las nueve en punto, el acceso fue permitido y entonces comenzó la carrera: todos querían la palapa más cercana a las albercas y mejor posicionada.
Los más jóvenes corrieron para apartar lugar, seguidos por otras familias que también buscaban la mejor ubicación.
Esaú y los suyos lograron quedarse con la mejor palapa. Ahí se instalaron rápidamente; algunos se cambiaron de ropa y, sin más, todos se lanzaron al agua.
"Venimos de varios puntos de la ciudad: La Virgen, San Isidro, la Miguel de la Madrid y otros lugares. Pero logramos reunirnos aquí", comentó Esaú Serrano.
Lizbeth Rodríguez, integrante del mismo grupo familiar, expresó su sorpresa al encontrar instalaciones limpias y agua cristalina. "Creo que nos la estamos pasando muy bien", dijo.
Martín e Ixcel Lozano, de otra familia que también llegó temprano, corrieron junto con sus hijos para asegurar una buena ubicación desde donde pudieran vigilarlos mientras nadaban.
"La verdad, no habíamos venido antes, pero nos dijeron que se ponía bien y hasta ahora no ha decepcionado. Solo el agua está un poco fría, pero con este calor eso pasa a segundo plano. Lo importante es divertirnos", compartió Martín.
Trabajadores del lugar informaron que, en días normales, Playa Dalila recibe entre mil y mil 500 personas. Sin embargo, durante el viernes, sábado y domingo santos, se esperan entre dos mil 500 y tres mil visitantes, como ha ocurrido en años anteriores.
Una de las pocas restricciones al ingresar es que se retiran plumas y plumones para evitar el grafiti.Tampoco se permite el alcohol porque se busca un ambiente familiar y evitar peligros. Además, cada alberca cuenta con vigilancia, a pesar de que ninguna supera los 1.50 metros de profundidad, incluyendo el chapoteadero y el tobogán.
Playa Dalila se ha consolidado como una alternativa económica para familias de bajos recursos, pero que, gracias a su mantenimiento y limpieza, no tiene nada que envidiarles a otros balnearios del estado.


