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LETRAS DURANGUEÑAS

Una mujer llamada Dolores del Río

Una mujer llamada Dolores del Río

Una mujer llamada Dolores del Río

MARICARMEN SANTIESTEBAN GUTIÉRREZ

Primeramente quiero agradecer la invitación que se me hizo para dedicar esta mañana de abril unas breves palabras a la gran actriz durangueña, orgullo de Durango, de México y del mundo entero. Como sabemos nuestra Asociación Amigos de Dolores del Río, A.C., entre otras actividades lleva a cabo conferencias, conversatorios y presentaciones de libros a lo largo del año, trabajando para difundir el legado de la célebre artista; conmemora también sus aniversarios de natalicio y de fallecimiento, por lo que hoy le rendimos tributo con el apoyo de organismos culturales del municipio de la capital, y en donde se destaca sobre todo su importancia en la historia del cine.

Yo como mujer y licenciada en Derecho, quisiera aprovechar esta oportunidad para subrayar algunos aspectos desde la perspectiva de su condición primero de mujer -además de bellísima como pocas, y con notable talento artístico- que siempre mantuvo por superarse como ser humano.

En principio, como se sabe, fue muy buena hija e invariablemente se hizo acompañar de su madre a lo largo de toda su carrera cinematográfica. Sentía una verdadera veneración por su familia, que por cierto, decididamente la apoyó también en sus aprendizajes y desarrollo profesional: en sus clases de danza en la ciudad de México. Después cuando decide aceptar la invitación para actuar en algunas películas en Hollywood, ya en compañía de su esposo, nunca dejó de estar vinculada a sus mayores afectos, y sobre todo dispuesta a seguir sus consejos. Un poco más tarde cuando empieza a ser más reconocida sobre todo en los Estados Unidos tiene que enfrentar su divorcio con entereza, y también hay que decirlo, con un gran dolor. No le fue fácil sobreponerse a tan importante episodio de su vida. Sin embargo, no dejó de seguir brillando como la estrella que ya empezaba a ser. Creo que es de valorar su entereza y su convicción por su carrera, y por su trabajo en momentos tan difíciles.

Y más allá del glamur, de sus éxitos y fiestas con celebridades como Charles Chaplin, o Marlene Dietrich por citar solamente dos ejemplos, continuó dándole oportunidad a su vida sentimental y amorosa como toda mujer que sueña con sus ilusiones, pero nuevamente la vida la llevó a enfrentar otra separación de pareja, ahora con Orson Wells, una de las mayores celebridades mundiales del cine. Junto con otros factores, seguramente tal rompimiento fue clave para su regreso a México donde, como todos sabemos, prácticamente se volvió a inventar a sí misma, al lado del famoso Indio Fernández.

En nuestro país todo mundo la quería, porque representaba con mucha dignidad a la mujer mexicana. De hecho sus películas le dieron la vuelta al mundo, y por eso fue nuestra mejor embajadora.

Quiero destacar también su gran capacidad como gestora cultural y humanitaria. En los años 70 promovió ni más ni menos que el Festival Internacional Cervantino de la ciudad de Guanajuato, porque ya tenía experiencia y conocimiento de ciertos eventos culturales que se llevaban a cabo en Italia con perfiles similares. Por eso a nosotros como durangueños cuando asistíamos cada año a los Coloquios Cervantinos de esa hermosa ciudad colonial nos daba mucho gusto y orgullo cuando nos felicitaban por ser paisanos de "La madrina del Cervantino".

Y no quiero dejar de decir asimismo que su humanismo, llegó al grado de solicitar apoyo institucional para crear la estancia infantil para hijos de actores y actrices de México; que por cierto, a ella no le gustaba la palabra "Guardería" porque decía que los niños no eran para guardarse como cualquier cosa.

¡Qué momentos tan sensibles para recordarla siempre!

Cierro mi participación recordando unos versos que le dedicó a nuestra Diva la cantante y compositora Concha Michel:

Qué flor tan espigadita

Nacida para el amor

Su cuna fue allá en Durango

En plena revolución.

En el cerro del Mercado

Tan alto y lleno de frío

A las once de la noche,

Nació Dolores del Río.

Muchas gracias estimado amigo y digno presidente Lic. Francisco Canales Gutiérrez, igualmente a los compañeros de esta Asociación tan honorable, así como a las autoridades oficiales que nos acompañan y por supuesto a todo el público que amablemente están hoy con nosotros disfrutando este recordatorio a tan ilustre durangueña (palabras de homenaje a Dolores del Río, pronunciadas recientemente en ocasión del aniversario luctuoso de la actriz durangueña).

Escrito en: letras durangueñas escritos Durango mujer, Dolores, ciudad, nuestra

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