Como medimos la pobreza
El comienzo de un nuevo año también marca también un aniversario más de esta columna y, al igual que en los anteriores, quiero dar las gracias al Dr. Sergio de la Parra Juambelz Director Gerente de El Siglo de Durango y al Lic. Jorge Pérez Arellano, Director Editorial, por la oportunidad de presentar mi opinión en sus páginas. Es un orgullo y una gran responsabilidad tener un espacio en el periódico más importante de nuestro estado y uno de los medios de comunicación que marcan la agenda pública defendiendo las causas de los duranguenses.
De la misma manera, le expreso mi más profundo reconocimiento a usted, estimado lector, por elegirnos como una de sus fuentes de información y, a partir de lo que se publica en nuestro periódico, formarse una opinión respecto del acontecer local, nacional e internacional.
En cada aniversario trato de tocar el tema de la pobreza debido a que se trata de uno de mis intereses académicos y tuve la oportunidad de realizar estudios de posgrado relacionados con este tema. Debido a esto, la primera entrega publicada por El Siglo de Durango el 25 de diciembre de 2008 versó sobre la pobreza y al inicio de cada año trato de escribir sobre este tema ya que, lamentablemente, sigue teniendo un lugar prioritario en la lista de problemas que tenemos como país.
A lo largo de los años, en las entregas publicadas en El Siglo de Durango sobre el tema de pobreza, he tratado de destacar la multidimensionalidad del problema: no es posible comprender la pobreza solamente como la falta de ingresos, sino que también es posible describirla como una red de desventajas en varias dimensiones. Las consecuencias de no contar con educación básica o ser analfabeto impactan en la posibilidad que tiene una persona para generar mayores ingresos mediante un trabajo mejor pagado que requiere cierto grado de especialización.
Así, además de los ingresos, la medición de la pobreza en México es multidimensional, entendida como la posibilidad que tienen las personas de acceder seis derechos sociales consagrados en la Constitución. Se mide el rezago educativo; el acceso a la salud; a la seguridad social; a la alimentación; a la calidad y los espacios con que cuentan las viviendas y al acceso a servicios básicos en éstas. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es el encargado de hacer las mediciones oficiales de pobreza en nuestro país.
La importancia de generar acciones efectivas contra la pobreza radica en el efecto que tiene en la vida de las personas. Una vida en condiciones de pobreza significa, en la mayoría de los casos, una vida que no llega a ser plena y como consecuencia esas personas no aportarán el máximo de sus capacidades al desarrollo de la sociedad.
Twitter: @jesusmenav