¿Qué hacer ante el gasolinazo?
Por donde se vea, ha sido un terrible inicio de año. En primer lugar, los mexicanos sienten una gran cuesta de enero: gasolina, electricidad, gas e infinidad de productos básicos; así como en el caso de Durango, sufren los impuestos a los vehículos. Por otra parte, la situación para el gobierno federal se complicó aún más, ya que no pudo transmitir un mensaje racional y creíble a todos los ciudadanos, que lo único que saben es que cada día su dinero les alcanza para menos.
Se hicieron predicciones económicas fallidas y estamos viendo las consecuencias. Si bien la liberalización del precio de los combustibles es una decisión correcta, su implementación y su momento están dando mucho que desear. Las condiciones originales en las que se planteó fueron completamente diferentes, cuando teníamos una paridad dólar-peso mucho más favorable para nuestro país, ya que como sabemos, ante la falta de capacidad de refinación, importamos un gran porcentaje de combustibles.
Se dejó todo al libre mercado, se creía que las gasolineras invertirían en infraestructura de transporte y almacenamiento, a la vez que brindarían un mejor servicio o reducirían su margen de ganancia, sin embargo no pudieron estar más equivocados. Siguen dependiendo completamente de Pemex y no han querido competir entre ellas, y los consumidores somos los más perjudicados.
También se creyó que no tendría efectos inflacionarios, sin embargo, ahora la gasolina es la excusa favorita para que se incrementen todos los precios, muchas veces siendo completamente falso, ya que se traduce en un incremento de ganancia para los empresarios o por otro lado, son de negocios que siguen permaneciendo en la informalidad y no aprovechan la deducción que existe para los combustibles.
No se puede mantener precios artificialmente bajos a los combustibles, está demostrado que quienes consumen más gasolinas son las personas que más ingresos tienen, por lo que sería completamente injusto subsidiar a los más ricos. La pregunta que se tiene que hacer el gobierno es como evitar el efecto inflacionario y la especulación que se ha creado al respecto.
De igual forma, los ciudadanos tenemos que ser mucho más responsables y adoptar nuevas maneras de consumo, en primer lugar, debemos de dejar la visión cochecentrista del mundo, comprando productos locales y de temporada, a la vez que exigimos que destinen mayores recursos a un transporte público suficiente y de calidad.
Más allá del cliché, de que toda amenaza puede ser convertida en oportunidad, el tener combustibles caros, si será un nicho para transitar a fuentes de energía más limpias, llámese bicicleta, energía eólica o solar. ¿Por qué ahora que se elevaron las tarifas eléctricas, no instalamos celdas solares en nuestros hogares y vendemos nuestros excedentes a CFE?
En el ámbito legislativo, en estos días volvieron a cambiar sus prioridades, si a finales de 2016 se veía que pudiera una ley de seguridad interior, hoy el PAN y la izquierda están empujando que se revise el IEPS la gasolina, para que pase de 4 pesos por litro a por lo menos la mitad. Lo anterior sería muy interesante de plantearse, aunque se tendría que especificar a qué rubro se le quitaría esos ingresos. Si bien todavía hay muchos gastos gubernamentales superfluos, no son suficientes para tapar un hoyo de 14 mil mdp.
Por último, es importante mencionar que en toda democracia las manifestaciones son bienvenidas, sin embargo cuando estas se convierten en saqueos o actos que perjudican derechos de terceros, más que lograr algún beneficio, provocan grandes daños a la sociedad, de ahí que siempre es importante hacer un llamado para logar manifestaciones pacíficas.
Twitter: @omarortegasoria