Peter Hook Y Joy División
Si el poeta y ensayista mexicano Antonio del Toro escribió que “el fútbol es la venganza del pie sobre la mano”, no sería exagerado afirmar que Peter Hook ejecutó la venganza del bajo sobre la guitarra.
Motivado por el concierto de los Sex Pistolsen Manchester en 1976 Hooky, como lo apodan sus amigos, decidió comprar un bajo eléctrico sin la menor idea de cómo se tocaba. En esta ocasión la práctica sí hizo al maestro y a fuerza de práctica y aferrándose al sueño de ser un artista respetado por la crítica y aclamado por las masas logró en convertirse en uno de los más creativos compositores e intérpretes en la historia del rock.
Hook junto al vocalista/letrista Ian Curtis, al guitarrista y tecladista Bernard Sumner y a Stephen Morris a cargo de la batería y las percusiones formaron la banda primero llamada Warsaw y posteriormente Joy División.
Si los Sex Pistols con solo un disco de estudio lograron cimbrar al mundo, al arte y a la música, Joy División necesitaría uno más: dos. “Unknown Pleasures” y “Closer” son para decirlo en una palabra: seminales.
Irrumpieron en el panorama musical y fueron rompedores e inspiradores como la banda liderada por Johnny Rotten en el exterior (quien posteriormente ya con su nombre de pila John Lydon demostraría con su genial Public Image Limited que era mucho más que un simple provocador) y en los controles y como estratega a Malcolm McLaren.
Muchos factores se congregaron para que Joy Division fuera una banda que dejaría un legado inmortal.
Obviamente la originalidad del bajo de Peter Hook es una de ellas, pero también hay que mencionar la fragilidad y elocuencia de Curtis, el bajo perfil de Sumner, el siempre confiable e innovador Morris y la tropa que los acompañó y custodió.
Rob Gretton como su ‘nánager’, Tony Wilson como el visionario fundador de la disquera que los fichó Factory Records, Peter Saville como el genio que realizó las portadas (la de “Unknown Pleasures”, un pulsar sugerido por Sumner pero tratado gráficamente de una manera sobria, sombría y soberbia por él) y el productor Martin Hannet.
Mención aparte merece Antón Corbijn y el increíble retrato que realizó de ellos en blanco y negro en el metro de Londres donde Curtis es el único que da la cara (los otros tres se encuentran de espaldas) empuñando un cigarro y que precisamente fue utilizado para la cubierta del estupendo libro de Hook (con un diseño que lo convierte en una obra de arte en sí) “Unknown Pleasures: Inside Joy Division” de 2013.
En él, el bajista narra episodios, que desconocíamos de la banda y se convierte en un emotivo viaje por su creación y posterior disolución tras el suicidio de Curtis de quien Bono, el vocalista de U2, escribe en la tapa:
“Sentías en su voz que la belleza era la verdad y que la verdad era la belleza, y la suya era una búsqueda de ambas.” Por otro lado, entre otras revelaciones, Hook escribió: “Martin Hannet nos dio el mayor regalo que cualquier productor puede darle a cualquier banda: intemporalidad.
Nuestro álbum debut es verdaderamente eterno, le dimos unas canciones brillantes y él las puso en pequeñas cápsulas para que permanecieran brillantes por siempre”.
Hook rescataría el alicaído ánimo de sus compañeros componiendo “Dreams never end” la que a la postre significaría el nacimiento de New Order y un nuevo capítulo en la historia de ellos, de la música y de nosotros.