La importancia de la vitamina C
Si piensas que tienes suficiente vitamina C con tu dieta, piensa de nuevo. Recientes estudios revelaron que hasta el 20 por ciento de nosotros no consigue la cuota diaria necesaria (78 miligramos por día para las mujeres, 90 miligramos para los hombres).
¿Es eso es un problema? La vitamina C desempeña un papel en innumerables funciones corporales que nos mantienen saludables. Por un lado, la investigación sugiere que los radicales libres que se disparan con la vitamina C ayudan a proteger contra el cáncer de esófago, boca, estómago y páncreas. Otros estudios también han relacionado los niveles altos de vitamina C con menores riesgos de enfermedades cardiovasculares. Y aunque no seas capaz de evitar un resfriado aumentando su ingesta, la investigación muestra que la vitamina C puede aumentar la capacidad del sistema inmunológico para rastrear y combatir los virus y las bacterias, disminuyendo la duración y severidad de un resfriado.
La vitamina C también puede ayudar a minimizar el daño de los rayos UV a los ojos que causa cataratas, y parece ayudar a neutralizar los nitritos potencialmente cancerígenos que se encuentran en las carnes procesadas.
También promueve la piel sana y la formación de colágeno, de hecho, un estudio encontró que una mayor ingesta de vitamina C puede reducir la probabilidad de una apariencia arrugada y la sequedad de la piel.
Obtener suficiente vitamina C a través de la comida es totalmente factible, sólo es necesario conocer las mejores fuentes (y eso significa mirar más allá de las naranjas). Por ejemplo: papaya, pimientos, brócoli, coles de Bruselas, fresas, pomelo, melón, kiwi y piña.
Hace tiempo, se creía que la vitamina C se usaba para prevenir los resfriados y la gripe, pero estudios recientes, no han podido demostrar la eficacia de esta sobre ellos. Sin embargo, los mismos estudios han demostrado que la vitamina C se puede usar, y se usa, para prevenir muchas otras enfermedades.