Colapsa barda de cancha de frontenis
Tras las ráfagas de viento que se dejaron sentir este sábado en la región de los Llanos, colapsó una de las bardas de la cancha de frontenis de esta ciudad.
Asombro causó tal hecho, que se esperaba sucediera en cualquier momento, pues se había reportado que estos muros no tenían manera de mantenerse por mucho tiempo. Por su parte, la Dirección de Protección Civil acordonó oportunamente la zona.
El derrumbe de la barda ocurrió alrededor del mediodía de este sábado, momentos en los cuales las ráfagas de viento eran más fuertes, de 80 kilómetros por hora, lo que provocó la caída del muro de fondo de la cancha, el cual tenía una altura aproximada de ocho metros, quedando los muros laterales, hacia la izquierda, sin problema, ya que da justo a las oficinas municipales de Educación y Cultura y son los suficientemente fuertes; pero hacia la derecha, el muro justo formaba la esquina de la avenida Allende y la calle Carlos Real, la cual tuvo que ser derrumbada por una de las máquinas del municipio, ese día. Maniobra que resultó exitosa pues ese muro mitad ladrillo y mitad tela ciclónica cayo al interior de lo que fue la cancha.
Vecinos de la calle indicaron que se escuchó el derrumbe, "el día se llegó, pues las bardas no amortiguaron tremendos aironazos", comentó uno de ellos que fue testigo del hecho, el cual por fortuna dejó sólo daños materiales.
La cancha fue clausurada para su uso, desde la administración 2013-2016, para evitar algún accidente de fatales consecuencias. En la anterior, es decir, la del periodo 2010-2013, se tiene noción de que le dieron más altura al muro de fondo. Opiniones decían que quizá con algunas vigas podrían haber contenido ese muro.
Quien fue director de Obras Públicas del Municipio, Israel Villarreal, comentó que el daño estructural que presentaba ya no tenía solución alguna; únicamente había que derribarlo, pero era muy peligroso por el riesgo que esto podría representar para los trabajadores que llegaran a participar en esta maniobra. Esto debido a la altura que tenía, y al intentar su derrumbe colapsaría completamente de forma impredecible.
El ex funcionario recuerda que ante este riesgo fue en esa administración, la 2013-2016, cuando se tomó la decisión de clausurar dicho espacio para evitar una desgracia, lo cual por cierto causó molestia severa entre los usuarios de la cancha, un grupo de frontenistas que acostumbraban practicar este deporte. La puerta, incluso, se soldó para evitar que personas no respetaran la clausura y había señalización que impedía el paso.
Todavía en el pasado mes de diciembre pasado, los frontenistas tenían planeado llevar a cabo un torneo y solicitaron el permiso ante la actual administración, quienes se mantuvieron firmes y les negaron el permiso argumentándoles que no era posible por el peligro que corrían, lo que de nuevo les molestó. Ahora es el mismo grupo de deportistas que esperan sea construida una nueva cancha, pues el frontenis es un deporte con gran arraigo en la ciudad.