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Llegada de Trump proyecta nuevos escenarios contra el terrorismo

Llegada de Trump proyecta nuevos escenarios contra el terrorismo

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El discurso de toma de posesión de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos proyectó un nuevo escenario en el futuro del combate al terrorismo y en particular al Estado Islámico (EI), que durante 2016 sufrió derrotas en Mosul, al Raqa y Alepo.

“Vamos a reforzar las viejas alianzas y formar otras nuevas. Unir al mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical, que vamos a erradicar por completo de la faz de la tierra”, dijo Trump en su discurso de investidura, al señalar que su gobierno será de “amistad y buena voluntad, pero poniendo primero los intereses de Estados Unidos”.

Durante su campaña electoral, Trump dijo que uno de sus principales objetivos de seguridad nacional sería la completa derrota del EI, para lo cual no descartó la posibilidad de trabajar en operaciones conjuntas con Siria y Rusia, destacó un estudio del Centro de Estudios Internacional Gilberto Bosques del Senado de México.

El análisis denominado “El Estado Islámico: Diagnóstico de su condición actual y desafíos frente a una nueva administración de Estados Unidos” advierte que de consolidarse la derrota en Mosul (Irak) y al Raqa (Siria), capitales operativas del Estado Islámico, se daría un paso importante para debilitar al grupo terrorista, reducir su capacidad militar y territorial.

El Estado Islámico es una organización terrorista salafista que actualmente opera, aunque no de forma exclusiva, en Irak y Siria, y busca establecer y expandir desde esta región un califato mundial.

Sus orígenes como organización se remontan a Irak a principios de la década pasada, como un grupo de resistencia islámico sunita y extremista llamado Yama´at al-Tawhid wal-Yihad, liderado por el jordano Abu Musab al Zarqaui.

Luego en 2004, la agrupación juró lealtad a Al Qaeda y se convirtió en uno de los principales grupos de resistencia en el país durante la ocupación estadounidense. Pero en 2006 con una mayor presencia militar de Estados Unidos en Irak y la muerte de su líder, su presencia y fuerza se debilitaron.

La guerra civil que se desató en Siria desde 2011 en contra del régimen de Bashar al-Assad fue vista por el Estado Islámico como una oportunidad para tomar el poder y extender su supuesto califato a través del país. Sus milicianos tomaron ciudades al este y norte de Siria y proclamaron a al-Raqa como como su capital en el territorio.

En 2013, la ciudad de al-Raqa fue tomada por el grupo terrorista que impuso el cumplimiento de la ley islámica interpretada desde el extremismo religioso. A partir de ese momento, sus 300 mil habitantes han vivido bajo el control del grupo terrorista.

En 2014 se conformó una Coalición Internacional de 66 países, liderada por Estados Unidos, para combatir al Estado Islámico en Siria e Irak.

Los principales avances de la coalición se registraron este año, lo que se pudo observar en la reducción del territorio controlado por el grupo terrorista en alrededor de 16 por ciento, para quedar en 65 mil 500 kilómetros cuadrados.

Los principales enfrentamientos se han dado en dos ciudades: al-Raqa en Siria y Mosul en Irak, que tienen profundas diferencias.

En Siria no solo se combate al Estado Islámico, también se encuentra implicado en el conflicto el heterogéneo grupo opositor que lucha contra el gobierno de Bashar al-Assad y Rusia que participa en forma activa en la disputa.

En Irak, en la lucha contra el EI se identifican tres actores además del grupo terrorista: las fuerzas gubernamentales iraquíes apoyadas por la Coalición Internacional, los grupos armados kurdos conocidos como peshmergas (aquellos que encarnan la muerte), y Turquía que cuenta con bases militares en territorio iraquí.

Desde la invasión de Estados Unidos a Irak, los kurdos controlan la parte norte de ese país, convirtiéndola en una región semiautónoma, defenden la estabilidad y relativa prosperidad basada en el comercio del abundante petróleo que existe en la zona.

Una posible victoria en Mosul de la Coalición Internacional apoyada por sus milicias, podría traer beneficios directos a los kurdos, como un acuerdo firmado con Estados Unidos que incluyera apoyo financiero a los peshmergas y la posible negociación de un Estado Kurdo formado en territorio iraquí, lo que pone en alerta a Turquía, que lucha contra los separatistas kurdos en su territorio.

En la lucha contra el Estado Islámico también es necesario tomar en cuenta a sus simpatizantes alrededor del mundo, principalmente en Europa y Estados Unidos, denominados “lobos solitarios”, quienes han actuado sin tener ningún vínculo directo o entrenamiento por parte del grupo terrorista.

El estudio del Senado de México destaca que las batallas en Mosul y al-Raqa son muestra de un debilitamiento importante de ambos centros logísticos para el Estado Islámico, y que la pérdida del control de estas dos ciudades significaría el deterioro inevitable de su capacidad militar y logística.

Aunque, destacó, podría estar lejos en su desaparición definitiva y su injerencia en la política internacional como un grupo terrorista.

Escrito en: Terrorismo Trump Estado, grupo, Estados, Siria

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