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Entre los tatuajes y la homosexualidad

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Entre los tatuajes y la homosexualidad

Entre los tatuajes y la homosexualidad

LUIS LOZANO

La noche del martes y madrugada del miércoles se discutieron en el Congreso del Estado tres de los temas más relevantes que ha visto la actual legislatura local: las bodas entre menores de edad, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la exención del replaqueo, establecida por vez primera en la historia de Durango.

Cualquiera de los tres asuntos habría ocupado, por sí solo, la primera plana de cualquier diario conciente de las circunstancias sociales que atraviesa Durango: embarazo adolescente, divorcios crecientes, discriminación constante y crisis económica. Las aristas eran diversas, pero en todos los temas había importancia.

El primer tema salió del pleno con bandera blanca: se establecieron los candados suficientes (y necesarios) para que las personas que no hayan cumplido la mayoría de edad se unan en matrimonio legal. Al momento, no he visto a nadie argumentar en contra de tal decisión. Es obvio que antes de la mayoría de edad, las personas no solo están en desventaja en materia de sustento económico, sino que las mujeres no han alcanzado la madurez para engendrar (en el caso de un eventual embarazo) y en general, los jóvenes no tienen la madurez mental para enfrentar la responsabilidad. Aplauso para los legisladores.

En el caso de la exención del replaqueo, luce como una medida adecuada en un escenario en el que Durango (envuelto en una situación nacional y global) atraviesa una de las crisis prácticas más intensas de la historia, agravada por el gasolinazo y las mañas finanzas oficiales. Estas, por cierto, se verán atrofiadas por la medida. Pero a cambio, el Gobierno Local -e incluso los legisladores- se reencuentran con los ciudadanos.

Sin embargo en el tercer tema, fundamental en un mundo tendiendo a una mayor equidad y respeto a los derechos humanos de los personas, resulta incomprensible la decisión tomada.

Lo afirman los especialistas: es cuestión de tiempo para que los precedentes legales se atiendan y todo el país, eventualmente, apruebe las bodas entre personas del mismo sexo. Pero aquí, con el argumento de que la propuesta es muy perfectible, y sabedores de que la comunidad LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales) aún es minoritaria, los diputados locales prefirieron atender el interés de la presunta "mayoría" tradicionalista, que en realidad ya simpatiza con las libertades sexuales.

Eso sí, apelaron a la presentación de una nueva iniciativa, de avanzada, que otorgue aval a este tipo de matrimonio. A ver si es cierto.

El argumento con el que se rechaza la legislación presuntamente perfectible choca, sin embargo, con decisiones ya antes tomadas por el Legislativo local. Si bien debe explicarse que no son los mismos diputados, desde este espacio se puede afirmar que los criterios son casi idénticos.

La legislatura pasada vio pasar por varios escritorios una iniciativa promovida por un grupo de periodistas (incluido el que esto escribe) para establecer una Ley de Protección a los Periodistas. Después de diversos cabildeos (en los que por cierto jamás se incluyó al sujeto motivo), se avaló un documento base, no una verdadera Ley, afirmando que ese primer paso permitiría establecer con el tiempo una legislación más vasta.

Ayer no usaron ese criterio. No les convenía. A ver si llega lo prometido.

Horas después, la Dirección Municipal de Seguridad Pública presentó una convocatoria para el reclutamiento de nuevos agentes preventivos. De entre los requisitos, saltó a los oídos de este servidor uno de ellos: se permiten los tatuajes.

Es una decisión ya tomada antes, por ejemplo, por la Policía Federal. Sin embargo, someterse a esa inercia cada vez más abierta, es una muestra municipal de no discriminación que no tuvo el legislativo. El Municipio tampoco discriminará, por cierto, a las mujeres o a las personas con obesidad y sobrepeso. Por el contrario, a estos últimos los pondrá en forma de ser necesario.

Algo bueno: tras la decisión del legislativo, en redes sociales el apoyo se cargó más a favor de la comunidad LGBTTTI que a los defensores de la familia "tradicional" (hay un amplio debate respecto a esa figura). Y en el Congreso, aunque más ruidosos, los tradicionalistas no mostraron novedad argumentativa.

Aunque en esa sesión se perdió una batalla en la lucha contra la discriminación, tarde o temprano, tendrá que obedecerse a las razones de este siglo. Y no a las del Medievo.

Twitter: @luizork

Escrito en: a simple vista personas, decisión, legislación, matrimonio

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