En un centenario van 699 reformas

Enrique Peña Nieto es el presidente que más reformas a la Constitución ha promulgado con 147 modificaciones, número superior de cambios en un sexenio.

La extensión inicial ha sido triplicada durante 95 años de cambios.

Según el registro de las modificaciones que lleva la Secretaría de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados, la Constitución ha sido objeto de 699 reformas.

El periodo de Peña Nieto es seguido por el de Felipe Calderón, quien firmó cambios a 110 artículos. Ernesto Zedillo Ponce de León, en tercer lugar, firmó decretos para la reforma de 77 artículos, esto es, la mitad de los cambios promulgados de diciembre de 2012 a la fecha. Miguel de la Madrid, con quien se abre la etapa de mayor número de cambios a la Constitución, se ubica en el cuarto lugar con 66 artículos y Carlos Salinas de Gortari, quien es el artífice de la modernización del campo y de las relaciones Estado-Iglesia y otros rubros, se ubica en el quinto lugar con 55 modificaciones.

Sólo cinco años permaneció intacta la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulgada por Venustiano Carranza el 5 de febrero de 1917.

Desde 1921 ha sido abierta para agregarle instituciones y modificarla en 13 materias, de acuerdo con la clasificación del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

El instituto indica que a partir de la década de los noventa el texto constitucional agregó nueve organismos constitucionales autónomos, una estructura moderna de la que no había concepto en el constituyente: CNDH, IFE, Inegi, INEE, Cofece, Ifetel, Coneval e Inai.

Destaca que en el nivel de instituciones, la Constitución reformó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, creó el Consejo de la Judicatura, la Auditoría Superior de la Federación y modernizó otras instituciones del poder Judicial.

Las materias en las cuales la Constitución ha sido objeto de reforma, con base en el estudio del IIJ, son las de control de constitucionalidad, autonomía de gobierno y administración de municipios, sistema electoral, derechos fundamentales, autonomía de pueblos indígenas.

El espectro de las materias de cambios constitucionales también comprenden propiedad y justicia agrarias, transparencia y acceso a la información, justicia penal y seguridad pública, presupuesto, control del gasto y rendición de cuentas, relaciones Estado-Iglesia, independencia, gobierno y carreras judiciales, rectoría del Estado y energía.

Desde Álvaro Obregón hasta Enrique Peña Nieto, en los 17 periodos presidenciales transcurridos se han generado 699 reformas. La más reciente se publicó en el “Diario Oficial de la Federación” el 25 de agosto de 2016.

Espera turno la reforma número 700, que tiene modificaciones a los artículos 107 y 123 en materia de Justicia Laboral y que ya fue aprobada por las Cámaras de Diputados y Senadores, y la enviaron a ratificación por parte de los congresos de los estados. Han votado 14 legislaturas y si ya hubiera tenido tres más, hubiera sido posible su declaración de constitucionalidad y remitirla al Ejecutivo para su promulgación.

La primera reforma constitucional y la más reciente coinciden en tocar el artículo 73, el más modificado, y que tiene la marca de 77 cambios. El precepto se refiere a las facultades del Congreso. En 1921 dio facultad al Congreso para establecer escuelas de todos los niveles en el país. Con la adición de agosto pasado, el Legislativo se otorga poder para legislar en materia de derechos de las víctimas. El análisis de la UNAM plantea que “con el presidente (Miguel de la Madrid) se inicia un crecimiento (del texto) como efecto de una modernización constitucional más intensa.

Desconocemos la Constitución

Al centenario de la Constitución Política vigente, los mexicanos llegan con desconocimiento de sus derechos y obligaciones ahí enunciados, así como convencidos de que este texto legislativo ya no corresponde con nuestra realidad actual. Además, evidencian una pobre cultura de la legalidad y algunos rasgos de escepticismo frente a la democracia, aunque ésta sigue siendo la forma de gobierno más aceptada en general, de acuerdo con los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional.

El ejercicio fue elaborado por especialistas del Instituto de Investigaciones Jurídicas para celebrar el centenario de la Constitución de 1917. Esta encuesta, la tercera de una serie iniciada en 2003, ofrece la posibilidad de mirar la evolución de los saberes y opiniones de los mexicanos sobre su constitución, el cumplimiento de la ley y la democracia. Sus resultados se analizan en el libro Los Mexicanos y su Constitución.

¿Hasta qué punto, cien años después, los mexicanos se identifican con su Constitución y la hacen suya? Existe un bajo conocimiento sobre la Constitución. La mayoría de los entrevistados desconoce el año en que se aprobó y tampoco la relaciona con la Revolución Mexicana.

Estos resultados indican que se hace poco por socializar un patrimonio jurídico y cultural -la Constitución- que debiera ser un punto de referencia, diálogo y debate.

Actualidad de la Constitución. Se piensa que la Constitución se cumple poco o nada, ala vez que crece la opinión de que la Constitución “ya no responde a las necesidades del país”.

Ello concuerda con la posición favorable a convocar a un nuevo congreso constituyente, hoy mayoritaria, que tiende a disminuir.

Cultura de la legalidad

En esta encuesta se revelan temas como la desconfianza generalizada de la población hacia las instituciones; el desconocimiento de los derechos y obligaciones de los ciudadanos; la brecha entre las normas y su cumplimiento, y la propensión a desobedecer las leyes.

La pobre incidencia de las instituciones de justicia para el arreglo de los conflictos y la percepción de la impunidad han llevado a crear caminos fuera de la legalidad; así existe una opinión dividida sobre el derecho de los miembros de una comunidad a tomar justicia por mano propia. No obstante, se advierte un mayor conocimiento sobre los derechos humanos y un consenso de que los derechos humanos están por encima de otras consideraciones.

Democracia

En nuestro país el respeto a la ley y su aplicación son asuntos no resueltos, lo cual representa una tarea pendiente para la consolidación democrática. Al desapego por la democracia, se aúna la percepción de que existe poca democracia en México. Desafortunadamente, la crisis de confianza en el gobierno, sus instituciones y los actores políticos se extiende también a la democracia misma.

Los resultados de la Encuesta dibujan un panorama complejo, que aporta elementos relevantes al conocimiento de la sociedad mexicana y para la política pública. Los gobernantes harían bien en tomar en cuenta el panorama de desconfianza y deterioro en la vida institucional que se aprecia en algunos de sus resultados.

Ayudar a revertirlos es una necesidad si México ha de continuar por la senda de legalidad e institucionalidad que contribuyó a abrir la Constitución de 1917. Ese será el mejor homenaje que se le pueda rendir.