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Edgar Mendoza: fondista

24/7/365

Edgar Mendoza: fondista

Edgar Mendoza: fondista

RICARDO MILLA

En 1987, 2 años antes de recibir el Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela dio inicio a su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias con esta lapidaria frase: “En España, el que resiste, gana”.

Considerando que la máxima del escritor gallego también aplica entre nosotros, celebro ser testigo privilegiado de la victoria parcial, pero contundente del genial pintor Edgar Mendoza.

Él ha resistido duros retos con valentía y entereza, con alegría y generosidad, con talento y amabilidad. En términos deportivos es un fondista, un creador de largo aliento.

Se ha empeñado en pintar, se ha aferrado a crear y recrear mundos en telas, papeles y tablas.

Ha sido obstinado hasta llegar a la necedad y eso se lo agradecemos sus amigos, sus espectadores, sus colegas, su familia y hasta sus olvidadores, quienes sin blancos por ignorar serían aún más mezquinos, concediendo que esto fuera posible.

La vida y carrera de Edgar Mendoza ha enfrentado fuertes obstáculos, yo diría que hasta dramáticos, y aún así, contra todo pronóstico, sigue pintando, sigue creando, sigue enriqueciéndonos.

Queda claro, al sumergirse en su obra, que es un observador nato, que es un creador honesto y que posee la rara virtud de echar luz con oscuridad, contrario a los oscurecedores profesionales.

Parafraseando aquello que diría Benjamín Franklin de que “en su país un genio es como el oro dentro de la mina”, Edgar Mendoza en su ciudad, Durango, y en su país, México, ha sido raquíticamente apoyado, atacado, menospreciado e ignorado.

A pesar de esto, él nunca se ha ostentado como una víctima más de nuestra ya característica “Orgullosa Indiferencia”; es más, incluso ha podido transformar a través del arte (con la destreza de un Maestro Aikidoka) toda esta hostilidad y energía negativa en Obras Capitales que nos brinda, que nos comparte.

Lógicamente despierta envidia y admiración por igual, dentro y fuera de su Tierra, pero un pintor de su calibre tiene que aprender a lidiar con ello: a moverse entre el creador de mundos fantásticos y los castradores de sueños, entre el retratista de almas y el terruño que se empeña en negar su talento a golpes de una ingrata indiferencia.

Por último, me quiero despedir con una cita del chileno Alejandro Jodorowsky a quien en una ocasión le pidieron su definición de arte, a lo que contestó tras meditar brevemente:“Arte es atravesar el tiempo”.

Tras este breve texto, queda más que claro que las certeras líneas trazadas, hace más 20 años, por el fondista Edgar Mendoza cruzan como veloces cuchillos recién afilados los años que han transitado y llegan hasta nosotros para recordarnos que el arte es una forma de cultivar nuestro espíritu; ignorar el talento de Edgar es ignorarse, ignorarnos; aquilatar su trabajo y su don es valorarse, valorarnos.

Escrito en: 24/7/365 Edgar, sigue, Mendoza, talento

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