La autoayuda

Los valores del compromiso consigo mismo ha sido uno de los más grandes olvidos generados por el desarrollo de las sociedades actuales. Es verdad que la enfermedad del nuevo siglo es la depresión como un fenómeno que desencadena factores no sólo genéticos o biológicos, sino de procesos generados por las modalidades de sociedades cada vez más competitivas a fin de subsistir en un estilo de vida meramente materialista que estamos viviendo tan alejado del humanismo.

La enfermedad de la depresión enmarca la culminación del descontrol de las emociones humanas como el estrés mismo, un punto de camino hacia la ansiedad, fobias y desajuste emocional.

La importancia de los grupos de autoayuda es de grandes beneficios para el familiar de los enfermos de adicciones, trastornos biológicos y todo el grupo de males que parecen un Apocalipsis. En esos grupos donde el hecho de compartir sufrimientos comunes, alivia el alma, aprovechando las experiencias de los demás y así crear un compromiso para cuidarnos a nosotros mismos...y poder salir adelante.

“Vale más dar que recibir” es una frase cuyo contexto puede ser muy amplio desde los verdaderos valores humanos como la solidaridad, misericordia, generosidad y comprensión. Pues al escuchar el problema del otro, empezamos a desprendernos del nuestro, generado muchas veces por el egoísmo; como humanos creemos que nuestro sufrimiento es mayor y nos llenamos de autocompasión y sintiéndonos unos verdaderos mártires, nos inunda el desencanto, la frustración y entonces el hecho de tanta insatisfacción por metas no alcanzadas y expectativas no logradas este cáncer del alma y el espíritu como es la depresión se apodera de nosotros también.

Por eso, si tienes un enfermo en tu familia acude al psicólogo, busca un sacerdote o amigo, acude a grupos de autoayuda, acude a NAMI, ALANÓN, grupos de oración y sobre todo acude al único que siempre está contigo, te ama, te comprende, tu amigo el Señor Jesús.