Orégano, aliado contra infecciones
Un agente activo contenido en el orégano, el ácido rosmarínico, ejerce un potente efecto antioxidante que refuerza la respuesta del sistema inmunitario ante los patógenos y agentes externos que afectan la salud.
Este ingrediente aporta mucha más cantidad de esta sustancia en comparación con otras fuentes vegetales como las manzanas y las bayas.
Esto quiere decir que, al consumirlo de forma regular, disminuye el riesgo de padecer infecciones y enfermedades autoinmuitarias. La infusión y el aceite de orégano son soluciones naturales contra la congestión que afecta la salud respiratoria.
Sus aceites volátiles atraviesan las fosas nasales y tienen un efecto mucolítico y expectorante que promueve la eliminación de las flemas. Los compuestos antiinflamatorios, analgésicos y antiespasmódicos del orégano se pueden aprovechar para disminuir los cólicos menstruales.
Masticar sus hojas o prepararlas en infusión es una solución efectiva para reducir la hinchazón y la sensación de dolor.
Las sustancias activas del orégano seco ejercen una poderosa acción antiparasitaria que contribuye a matar y expulsar las lombrices del intestino.
Su ingesta frena el desarrollo de los parásitos e impiden que generen infecciones graves en el sistema digestivo.