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Ni uno más; exigimos ya no más impunidad

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Ni uno más; exigimos ya no más impunidad

Ni uno más; exigimos ya no más impunidad

SAÚL MALDONADO

El asesinato, la semana pasada, de la periodista Miroslava Brach, corresponsal en Chihuahua del periódico nacional La Jornada, ha conmovido a muchos sectores. Para muchos extrañó el porqué en el Senado se guardara un minuto de silencio, que Chihuahua declarara tres días de duelo. En fin, lo que pasa es que el asesinato de la Miros (como le decíamos los que la conocimos y tratamos) sí tiene implicaciones directas con la libertad de expresión.

Esto no significa que las demás muertes de periodistas no las tengan, pero a la Miros ya la habían amenazado por su trabajo periodístico. Una de las amenazas más recientes fue por su trabajo referente al reclutamiento por el Crimen Organizado de Alcaldes en Chihuahua.

A la Miros la conocimos como una periodista prudente, inteligente y recia. Tenía la dinámica de buscar información hasta donde la prudencia lo permitía.

No acostumbraba dar a conocer las amenazas que recibió; tampoco buscaba protagonismo por ello. Al contrario, trataba de minimizarlas y continuar trabajando de forma normal. Al menos así lo dejó ver en los innumerables cursos de capacitación en los que coincidimos a nivel nacional..

Pero el asesinato de Miroslava va más allá, porque su asesino después de cometer su incalificable ejecución dejó una cartulina en el piso donde amenazaba al gobernador de Chihuahua Javier Corral diciéndole que van por él.

Lamentablemente me permito tocar este tema porque esta profesión, no la del comunicador, sino la del periodista cada vez se vuelve más difícil. Los números los dicen: se tiene el registro de 47 periodistas en México asesinados en los últimos seis años y solo hay tres personas condenadas por esos homicidios.

Pero existen 798 denuncias registradas ante la Fiscalía para la atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión en tal solo los últimos seis años, es decir, 133 de denuncias cada 12 meses. Entonces, estamos hablando de una clara impunidad del Gobierno mexicano para defender al periodista.

De las 798 denuncias, solo 107 han dado como resultado que el presunto agresor fuera consignado ante el juez.

Durango no está fuera de este contexto: aquí han sido asesinados cinco periodistas, no en los últimos seis años por lo que éstos no entran en las estadísticas, sino que fue un poco más atrás en el tiempo, pero existen otros comunicadores que han denunciado asaltos, robos y demás acciones de intimidación aquí en Durango, periodistas que fueron acosados por su trabajo periodístico.

No vamos tan lejos: en el caso de Liliana Ortiz, una gran amiga y compañera de Lobos Radio y Televisión, entraron a su casa a robarle hace unos días, para ser más exactos, el pasado viernes. Ojalá y haya sido solo eso, y no un trabajo de intimidación.

Como periodistas necesitamos prudencia, sí, mayor protección, como a todos los demás sectores laborales, pero sí requerimos que en las denuncias que se interpongan se actúen y que se vean resultados porque ya no queremos más impunidad contra los periodistas.

Me despido con el lema que en muchos estados ha sido la bandera de los periodistas: "Ni uno más".

Mi correo [email protected]

Mi Twitter @6saulmaldonado9

Escrito en: EL PUNTO ES... periodistas, solo, trabajo, denuncias

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