La elección francesa: mismos dilemas
La primera vuelta de las elecciones en Francia mantuvo los ojos del mundo sobre el desarrollo de los comicios que tendrán una segunda y definitiva elección entre los dos primeros lugares, la ultra derechista Marine Le Pen y el ganador de esta etapa, Emmanuel Macron, un candidato sin experiencia política previa, formado con el presidente saliente y apoyado por un partido político de reciente creación.
Al igual que la elección del Reino Unido, el resultado final de la segunda vuelta, programada para el domingo 7 de mayo tendrá consecuencias por varias generaciones. Por ahora, el principal favorito para ganar la segunda vuelta es Macron con la formación de un frente que incluye a socialistas y conservadores. Si ese es el resultado, Francia se mantendrá dentro de la Unión Europea y presumiblemente implementará una agenda de gobierno liberal.
Si, en una vuelta desafortunada de las preferencias del electorado, Le Pen fuera la ganadora de la segunda ronda, entonces se podría esperar que la nueva presidenta impulse la salida de Francia de la Unión Europea y la implementación de políticas mucho más agresivas con los inmigrantes y centradas en agradar a los ultra conservadores, su principal fuerza electoral.
Lo importante de la elección francesa es que, al igual que en la de los Estados Unidos y del Reino Unido, están frente a frente dos concepciones del mundo diametralmente diferentes: por un lado, la que acepta que el mundo está más interconectado que nunca antes en la historia, con todo lo que eso implica. Por otro lado, está la visión que promueve el aislamiento; grupos de electores ven el intercambio de personas y de bienes como una amenaza a su modo de vida. Estos grupos perciben que su bienestar se ve disminuido ya que los servicios a cargo del estado tienen que cubrir a los grupos de personas que arriban al país y que, en su percepción, les arrebatan los trabajos que les pertenecen.
En México también tendremos nuestra versión de choque ideológico cuando se realicen las elecciones en el 2018. Por un lado tendremos a un candidato populista con respuestas simples a problemas complejos pero que tiene aceptación entre el electorado porque la alternancia que tenemos desde al año 2000 no ha traído beneficios tangibles para la población. Los niveles de pobreza y desigualdad siguen se han mantenido por casi treinta años y la desigualdad se ha incrementado ligeramente. Este caldo de cultivo hace que las soluciones fáciles sean un gancho para el ciudadano promedio, cansado de esperar que su nivel de bienestar aumente como consecuencia de las políticas implementadas desde los tres niveles de gobierno.
Sin embargo, los experimentos populistas, sean de derecha o de izquierda, resultan desastrosos para los ciudadanos que los eligen. En el Reino Unido la libra esterlina se ha depreciado a niveles que sus habitantes no estaban acostumbrados; en los Estados Unidos la nueva administración ha comenzado a tomar decisiones que lo llevarán a pelear guerras cuyos resultados no podemos imaginar ahora.
Twitter: @jesusmenav