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Vacaciones, ¿necesarias?

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Vacaciones, ¿necesarias?

Vacaciones, ¿necesarias?

IGNACIO ESPINOZA GODOY

Siempre que pensamos en la palabra vacaciones, inevitablemente, la asociamos a varios contextos: descanso, relajación, un alejamiento de la rutina, cero trabajo, dormir un poco más, diversión. En fin: podríamos agregar un sinnúmero de conceptos más, aunque la realidad es que ese tiempo de asueto que cada año tenemos (o menos, dependiendo del centro de labores nos desempeñemos) no siempre lo podemos emplear conforme a las necesidades personales, ya que hay que distribuirlo y adaptarlo en función de lo que decidamos en conjunto los diferentes integrantes de la familia, aunque finalmente la última palabra la tenemos los padres (mamá y papá, ambos).

En principio, habría que considerar si se dispone de los recursos económicos necesarios y suficientes para planear un viaje, pues no se puede hacer si sólo se cuenta con el mínimo indispensable, ya que se podrían generar algunos imprevistos que se deben contemplar (como una descompostura del vehículo si se viaja en el propio), por lo que siempre hay que contar con un "colchón" de dinero que permita solventar los imponderables, esas contingencias de las que nadie está exento de sufrir una vez que se sale de casa para emprender el viaje a cualquier destino, sin importar su lejanía o cercanía.

Una vez que, previamente, se determine el destino escogido así como lo que significará el desembolso económico por el viaje, se debe analizar si después se dispondrá del presupuesto necesario para afrontar los gastos posteriores, para terminar la quincena o el mes sin problemas financieros que luego impliquen la necesidad de solicitar un préstamo, pues de otra manera no tendría sentido el paseo a costa de endeudarse, al margen de la cantidad que se pida, ya que de otra manera sería preferible posponer el viaje para una mejor ocasión o hacerlo a otro sitio que represente una erogación menos onerosa que la originalmente prevista.

A pesar de que las finanzas domésticas no siempre están en su mejor momento, hay muchas parejas que no analizan esta situación y, contra todo, toman la decisión de viajar aunque para ello deban endeudarse, ya sea a través del uso de la tarjeta de crédito o empeñando diversas prendas o artículos ante instituciones poco confiables, sobre todo, cuando ante éstas se solicitan préstamos en efectivo a cambio de firmarles documentos mercantiles (generalmente, pagarés) por los que terminan cubriendo hasta tres o cuatro veces el monto que se recibió al momento de poner un pie en sus instalaciones, ya que los intereses que cobran son excesivamente gravosos.

Por ello, amable lector, el título de esta colaboración se refiere a si vale la pena vacacionar a costa de endeudarse, lo que desde mi punto de vista no se justifica si se quiere tener la conciencia tranquila de no deberles a esas instituciones financieras que sólo lucran y abusan de quienes confían en ellas para disponer de dinero en efectivo para concretar un plan como el de viajar en familia, cuando este proyecto se puede programar con la debida anticipación y ahorrar para no caer en la tentación de tener que solicitar un préstamo que luego les puede quitar el sueño y hasta la casa si no se liquida a tiempo.

Antes de pensar siquiera en la posibilidad de tramitar un préstamo en una de tantas instituciones dizque financieras, lo primero que se debería hacer es solicitar información detallada de los intereses que cobran por la cantidad que se pretende pedir, para de esta manera tener un panorama más amplio de lo que se terminará pagando en el plazo que se busque contratar, y así no ser sorprendido por quienes laboran en esos establecimientos, ya que, lamentablemente, pocos de los que acuden a gestionar un crédito de esa naturaleza analizan su capacidad de pago, con lo que terminan cubriendo varias veces el capital que les otorgaron inicialmente.

Una vez que se tiene un panorama general de lo que podría representar endeudarse con una empresa financiera, lo mejor sería pensarlo dos veces antes de cometer el error de aceptarles un préstamo y de firmarles cualquier documento, pues entonces no habría marcha atrás en lo que se refiere a pagarles intereses muy elevados aunque sea en el menor de los plazos, así que ni siquiera habría que contemplarlo como la última opción o el último de los recursos para acceder a dinero fresco para gastar en vacaciones.

Por supuesto que a todos nos ilusiona que llegue el tiempo de las vacaciones, porque significa la oportunidad de viajar; sin embargo, si la situación económica de la familia no es la óptima para salir de paseo y erogar una cantidad importante de dinero, lo mejor sería dejarlo para otro año, para una mejor ocasión, ya que no valdría la pena hacer el sacrificio a costa de endeudarse y luego ver la forma de pagar esa deuda.

Escrito en: Padres e hijos luego, hacer, sería, costa

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