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Enrojecimiento de la cara

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Enrojecimiento de la cara

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DRA. DALIA RODRÍGUEZ

El rubor, o sonrojo, es el enrojecimiento involuntario e incontrolable de la piel del rostro. Se aplica el término en respuestas emocionales ante estados de ansiedad, vergüenza o de enamoramiento. Según la persona, además de la cara, se puede experimentar la coloración en las orejas, cuello y zona superior del cuello, y sentir un incremento de temperatura en tales zonas.

Por regla general, las mujeres se sonrojan más que los hombres. Las personas de raza negra también sienten este fenómeno, pero su piel oscura lo hace inapreciable.

La piel del rostro supera en número de vasos sanguíneos de pequeño calibre (capilares) al resto del cuerpo. Los vasos sanguíneos de las mejillas tienen un diámetro amplio y son más superficiales. Al notar una emoción intensa, el sistema nervioso de nuestro organismo se activa: los capilares se expanden, dejando fluir la sangre. Esto provoca una mayor coloración sonrosada en nuestras mejillas, donde la delgadez de la piel deja ver el color rojo con claridad.

Si el enrojecimiento se instala en las mejillas por un largo tiempo, una vez pasado el estímulo que lo desencadena, y además viene acompañado de granos, hay que pensar que podría tratarse de una rosácea. Esta condición de la piel se desencadena por el efecto del sol, de la ansiedad, el calor, ciertos alimentos o incluso el ciclo menstrual. Se desconoce el origen verdadero de esta patología, así como su cura. Sí hay tratamientos para eliminar los brotes, basados sobre todo en antibióticos. También se recurre al ácido azelaico o a técnicas de láser.

Un rubor desproporcionado respecto a su estímulo, o incluso desvinculado de estímulo alguno, puede indicar una enfermedad cutánea llamada eritema craneofacial idiopática. Se asocia a personas con fobia social, y puede controlarse mediante práctica psicológica.

Para los que sufren demasiado cada vez que se sonrojan, existe un método quirúrgico, la cirugía del rubor facial. Consiste en seccionar, mediante endoscopia, los ganglios del sistema nervioso simpático, alojados en las axilas. No todo el mundo es operado: los cirujanos atienden únicamente a las personas que padecen una gran aversión al rubor, y cuyo efecto puede traerles consecuencias mentales peligrosas.

Mucha gente rechaza el rubor, como si este fuera una causa de sus ansiedades en lugar de una evidencia de ellas. Sin embargo, aunque es un sentimiento legítimo, la historia nos demuestra que el color sonrosado en el rostro humano se valora como sinónimo de salud y belleza. Se han realizado experimentos en los que unas fotos de personas ruborizadas transmiten más confianza que personas sin ese tono en el rostro. En general, el efecto o intensidad de un rubor suele ser sobreestimado por la persona ruborizada.

Facebook: Dra. Dalia Rodriguez

Twitter: dalia_derma

Escrito en: LA SALUD EN TU PIEL personas, piel, rubor,, rubor

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