La 'narcocapital' del país
La Ciudad de México vive su peor primer semestre del año en materia de seguridad. El número de homicidios es de los más altos en su historia, los robos se han disparado como en sus peores días, las autoridades ya no pueden ocultar la presencia de los cárteles de la droga y ahora ya hasta son testigos de primera fila de los "narcobloqueos".
La capital parecía vivir -durante décadas- en un lugar muy aparte del resto del país. Para el norte, el tema del narcotráfico y sus efectos es una historia que ya conoce muy bien. En el Pacífico y el Golfo de México, tampoco se quedan atrás. En el sur, no desconocen el tema, pero en el Centro parecen vivir una realidad distinta a la que estaban acostumbrados.
Y no, no es que los capitalinos sean nuevos en el tema de la delincuencia y la droga, sin embargo los efectos de la "narcoviolencia" que desde el sexenio de Felipe Calderón se desató en México no les habían afectado tanto, no tan cerca, como hoy.
Si de algo se llegaron a jactar en la mayoría de los barrios peligrosos del otrora Distrito Federal era ser bravos, de ser aguerridos y entrones. Poco o nada los asustaba. Pero hoy enfrentan a una violencia diferente, a esa que acompaña a un cartel de la droga y que no tiene nada que ver con los hábitos de "sus" delincuentes.
En México los cárteles de la droga se han ido superando en capacidad de operación, de organización y por supuesto de violencia. Esa violencia que se equipara (o a veces supera) a los grupos más conocidos de terroristas en el mundo. Una forma inhumana de sembrar muerte, venganza y rencor que millones de familias mexicanas han tenido que padecer en los últimos años.
Durango, Sinaloa, Tamaulipas, Nuevo León, Jalisco, Veracruz o Michoacán se convirtieron en "narcocementerios" clandestinos. Kilómetros y kilómetros en los que se buscó enterrar las huellas de una guerra sin sentido, que algunos comenzaron pero que muchos otros solaparon.
Miles de grupos civiles, organizaciones no gubernamentales y padres de familias han vivido un viacrucis en sus viajes a la capital del país para buscar respuestas y soluciones a sus problemas, esos problemas que el narcotráfico y las autoridades corruptas les ocasionaron.
Hoy la capital del país parece estar asustada. Y no es para menos. Así le pasó al resto del país conforme fue enfrentando la situación que poco a poco permeaba gracias a la grave corrupción que empapó a las autoridades estatales y municipales. La capital del país es la ventana por donde nos ve el mundo, y que los "narcos" ya estén ahí, preocupa.
Hoy la capital vive lo que durante años han vivido otras entidades donde los capos de la droga tienen más poder que cualquier autoridad. Hoy, la Ciudad de México tendrá que voltear a ver y aprender de experiencias ajenas para intentar solucionar un problema de mil cabezas, que difícilmente logrará erradicar en su totalidad.
Hoy, la Ciudad de México es la "narcocapital" del país. El único lugar en el que parecía -o al menos eso nos quería hacer creer- se salvaba de esta problemática. ¿Tomará pues, en serio ahora sí, el Gobierno Federal el problema del narcotráfico?, porque si se sigue jugando a que la "Ciudad más grande del mundo" es lo que realmente pasa en México, pues con el narcotráfico ya instalado, será más complicado vender una buena imagen al extranjero... ¿o usted qué opina?
Twwiter: @jperezarellano