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ARMANDO FUENTES AGUIRRE

-Quiero que me hagas una casa -le dijo en la cantina don Acisclo, el ricachón de aquel pueblo de pescadores, al Tonto Licho, el loco del lugar.

Al decir eso les guiñó el ojo a sus amigos. Ellos sonrieron, cómplices de la broma. Y es que Licho decía ser, a más de médico y abogado, ingeniero, arquitecto y albañil.

-Se la hago -respondió Licho- si me invita una cerveza y me da 100 pesos de adelanto.

-La cerveza aquí la tienes -contestó don Acisclo tendiéndole una-. Pero has de saber que quiero que la casa me la construyas en el mar. Si te doy los 100 pesos ¿cómo sabré que cumplirás el trato?

Ofreció Licho:

-Lo cumpliré si usté cumple su parte.

-Muy bien -aceptó el rico-. Aquí tienes el dinero. ¿Cuándo empiezas la casa?

Replicó el loco embolsándose el billete:

-Cuando me arrime usté los materiales.

Loco quizás era el tal Licho. Pero tonto no.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador tienes, loco, casa, Pero

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