La televisión hace 'juicio' al nazi holandés

En la historia del cine y la televisión se han mostrado historias de importantes capos de la mafia como "Al Capone" o "Tony Montana", pero pocas veces a grandes mafiosos provenientes de Europa.

El canal de paga Europa Europa presenta los martes a las 22:00 horas la miniserie Riphagen, sobre el mítico delincuente holandés que además de ser un criminal, también fue un boxeador y proxeneta.

Hace 11 años el director del show, Pieter Kuipers, le preguntó a Jeroen van Koningsbrugge (protagonista de Riphagen) si quería participar en una película sobre un hombre malo, algo que de momento no le llamó la atención pero tras leer una biografía del mafioso, supo que era una historia que debía contarse.

"Encontré un libro en el armario de Pieter, era un libro blanco con Riphagen en letras grandes. Encontré ese nombre muy poderoso y pregunté qué tipo de libro era ese. Pieter dijo que era una biografía sobre el infame cazador de judíos Dries Riphagen y que había estado trabajando en un guión durante un par de años", expresó el actor en entrevista.

Aunque tras leer el libro quedó fascinado, el proyecto se quedó estancado por varios años hasta que él junto al director volvieron a echar a andar la maquinaria para realizarlo.

"Estaba convencido de que tenía que hacerse película o serie. Y aunque lamentablemente el proyecto se congeló, conseguimos que la gente indicada se enamorara del proyecto y pudiera resolver algunos problemas para comenzar a filmar".

Para Jeroen, el mayor problema de realizar la serie fue que la historia habla de un criminal, pero no uno cualquiera, sino uno que además era exterminador de judíos, un tema que aún es doloroso para millones de personas en el mundo.

"Riphagen es un antihéroe. La historia no sigue a ningún héroe de resistencia, sino a un hombre malo. Además, mostramos que no todos estaban en la resistencia, como siempre se afirmó después de la guerra. De hecho, había un gran odio a los judíos en Países Bajos", destacó.

La historia comienza en Amsterdam, donde Riphagen prometía a los judíos que mantendría a salvo sus objetos de valor hasta que terminara la guerra. El criminal los enviaba a las cámaras de gas y se enriquecía con las posesiones.