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La virtud de ser distinto

LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ SE REVOLUCIONA

La virtud de ser distinto

La virtud de ser distinto

La percepción de gran parte de la industria automotriz (incluyendo corporativos, medios de comunicación y el autor de este texto) ha pasado de la burla, la incredulidad y el escepticismo (en ese orden) a la sorpresa y el respeto de manera mayoritaria.

Eso es porque las ideas de Tesla, y la manera en que ha conectado sus principios a una visión ambiciosa para un futuro de energía renovable y vehículos autónomos, son tan convincentes y arriesgadas como las de ninguna otra compañía automotriz, hasta el momento.

Tesla ha prosperado a pesar de los importantes problemas de crecimiento en la industria global porque ha hecho que los consumidores crean que es más que una compañía que vende autos eléctricos.

Esto puede explicar por qué la capitalización de mercado de Tesla en 2017 ha sido de 56 mil millones de dólares, mientras que la de Ford fue de 42 mil millones.

La actividad de Tesla en México inició formalmente en 2015 y, aunque su llegada fue similar a la de una nave espacial por la mezcla de extrañeza y asombro, hoy tienen una operación madura y ambiciosa que planea en un futuro inmediato su mayor crecimiento.

Evangelización eléctrica. Fieles a la idea de colocarse como una compañía que "vende algo más que autos eléctricos", la estrategia inicial de la compañía en nuestro país es generar la idea de urgencia para la transformación de movilidad de combustibles fósiles a tecnologías que no generan emisiones contaminantes.

Para tales efectos, la compañía ha instalado más del 90% de la red de carga pública a la fecha. Esto implica más de 1500 cargadores (con la capacidad de transferir corriente a 72 amperios) en 455 ubicaciones con, al menos, más de cinco cargadores por estado de la república y nueve Superchargers (que cargan más de 250 kms de rango en menos de 30 minutos).

Uno de cada tres cargadores de destino que ha instalado Tesla en México es de formato J1772 (universal) para que puedan ser utilizados por otras marcas que comercializan eléctricos, como BMW, Chevrolet y Nissan.

A pesar del esfuerzo de Tesla para construir una red de carga que sobrepasa al esfuerzo realizado por todas las otras marcas que ofrecen eléctricos en México, la compañía con sede en Palo Alto, California, ha encontrado muchísimos obstáculos para tener una instalación que vaya de la mano con sus ambiciones.

Retos en la tarea de infraestructura. El proceso para que Tesla instale un cargador en un lugar que el equipo considera estratégico es hasta el momento, casi de corte altruista, pues la compañía tiene un acercamiento con el establecimiento (centro comercial, hotel, parque público o estacionamiento) y ofrece la instalación gratuita de las estaciones de regeneración eléctrica con la única condición de permitir que dos de cada tres puntos de esta naturaleza sean exclusivos para los clientes de esta marca.

Además, de acuerdo con información proporcionada por Tesla, la compañía norteamericana ofrece un apoyo de 30 mil pesos a los establecimientos para que se realice una modernización y remodelación necesaria en el espacio destinado la carga.

Sin embargo, a pesar de estas facilidades, el equipo de Tesla en México señala que ha encontrado lastres en la legislación vigente y en la opacidad de la administración en caminos federales que limitan la ampliación de estaciones de carga en gasolineras o puntos de servicio.

Por mucho tiempo (hasta la aplicación de la Reforma Energética), la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal señalaba que, por cada 30 kilómetros, debía de haber una gasolinera que garantizara seguridad en la autonomía de los autos y una competencia entre quienes ofrecen este servicio.

A causa de una infraestructura pensada en ese sentido, la mayoría de las autopistas están configuradas así hasta el momento. Sin embargo, al ser concesionada la administración de éstas, no existe un recurso legal que les obligue a instalar (o permitir) estaciones de carga para vehículos eléctricos.

Esta es una de las razones por las cuales, hasta la fecha, no hay existencia de cargadores de eléctricos en gasolineras, a pesar de que se trate de tramos de gran flujo comercial y turístico como el que conecta Mérida y Cancún.

Únicos en la clase. La mayor diferenciación entre Tesla y el resto de las compañías que venden autos en México no está en el tipo de propulsión que usan, el trabajo de infraestructura que han realizado para comercializar sus autos o la tecnología presente en su interior (la cual sí es muy distinta a todo lo conocido).

El factor verdaderamente especial en Tesla está en el cómo comercializan sus autos en todo el mundo. Contrario al esquema de agencias o distribuidores que son designados como una especie de franquicia por el corporativo, en la compañía de Elon Musk la línea es directa entre quien compra y quien vende.

Este modelo de negocios es tan atípico en la industria automotriz que, incluso, en entidades de los Estados Unidos se intentó bloquear y determinar como ilegal por afectar los intereses de los distribuidores tradicionales.

En una marca premium esto beneficia en muchos sentidos en aras de brindar una experiencia de mayor exclusividad, pues la única tienda física (ubicada en Avenida Masaryk en la Ciudad de México) está diseñada como una boutique en la que el cliente configura el auto en cuanto a interiores, colores y rango de autonomía. Esto no significa que su oferta se limita a clientes de la capital del país, pues a través de su sitio se pueden hacer pedidos que son entregados a domicilio en cualquier punto de México.

Además, en términos de refacciones o partes que un usuario necesite, la ausencia de la figura de distribuidor o agencia facilita la entrega e instalación para los clientes, pues Tesla concentra todas éstas en un almacén central que directamente administra y atiende.

De esta manera, en caso de que faltara una pieza o refacción, el Corporativo es el responsable de atender la petición. Y, si llegara a faltar en su catálogo, es solicitado directamente a otra oficina regional, sea en Estados Unidos, Holanda o donde haya mayor disponibilidad.

El rango de precios actual de los modelos Tesla va de un millón 756 mil pesos (la versión base del Model S) a dos millones 942 mil pesos (en la variante de mayor desempeño de la Model X). Eso representa la mayor limitante de crecimiento de la marca en México. No obstante, el panorama inmediato parece que cambiará con el arribo del Model 3: el "económico" de la marca que compite con autos como el BMW Serie 3 y el Audi A4, que empezará comercializarse en México en el primer semestre de 2019.

Este ejemplar ha superado en EEUU las ventas de su competencia en el segmento desde que solventó los problemas de producción, rompiendo una hegemonía de liderato de marcas alemanas en la categoría de sedanes medianos en dicho país.

El equipo de Tesla en México contempla que el fenómeno se replique de manera similar en nuestro país a su ingreso, considerando la alta demanda que han tenido sus modelos más costosos y la expectativa que el Model 3 ha generado desde su anuncio de ventas, pues a pesar de que aún ni siquiera se había presentado el diseño final de este auto, en nuestro país se solicitaron 50 modelos en preventa el primer día de apertura a la convocatoria.

Antes de la llegada de Tesla, se podría haber argumentado que México no tenía los elementos indispensables para convertirse en un país con opción hacia la movilidad eléctrica. Sin embargo, al igual que en el panorama global, esta compañía norteamericana ha demostrado que el único desinterés en cuanto a eléctricos está en "el establishment" y no en el mercado.

Más allá de las intenciones y objetivos de venta de la compañía en México, la llegada de Tesla a nuestro país sirve para observar el panorama determinante con el que Elon Musk y su operación regional pretende generar un cambio en la movilidad en una escala global y que, al igual que en otras partes del mundo, esperamos que se empiecen a replicar.

NÚMERO texto

Como si fuera la primera vez

Manejar y comparar una innumerable cantidad de autos de manera semanal nos permite distinguir las cualidades, virtudes y también defectos de mode- los que, seguramente, jamás compraremos por la simple limitante de su elevado precio. Hacer eso es una maravillosa oportunidad que tenemos quienes nos dedicamos a escribir en estas páginas.

Algunos de estos autos han despertado en mí la seguridad de recorrer carreteras a altísimas velocidades sin sentir que pongo mi vida en peligro o algunos me han hecho pensar en cómo es posible que vehículos tan malos se ofrezcan en el mercado de la actualidad.

Sin embargo, a pesar de estas experiencias, puedo asegurar que jamás había conducido algo que se asemeje a la sensación de manejo que tuve con el Model X P100D que Tesla ofrece como su vehículo más avanzado, potente y costoso a nivel global.

Es imposible no llamar la atención con esta SUV que, como muestra más dramática de su tecnología, extiende las puertas de los pasajeros como las alas de un halcón. Esto, además de ser vistoso, es práctico, pues facilita el acceso de aquellos que de- seen ocupar la tercera fila de asientos sin la nece- sidad de encorvarse de manera incómoda como en cualquier otro auto con esta configuración.

El habitáculo de manejo parece más una cabina de vuelo. Ésta roba de manera inmediata la atención por la colocación de una enorme pantalla (o tableta) de comandos de 17 pulgadas que opera una gran cantidad de elementos como la apertura de las puertas, el monitoreo de consumo de energía, la conectividad multimedia y hasta la navegación en internet, gracias a la presencia de una red LTE que beneficia muchísimo el comportamiento del vehículo.

Si bien esta característica no es exclusiva de los modelos Tesla, la compañía de California lo emplea de una manera excepcional al aprovechar esta plataforma para su uso práctico y lúdico.

La primera de ellas es el sistema de navegación en el que podamos disponer de la ubicación de las estaciones de carga cercanas, trazar rutas que nos dirigen a ellas y, además, señalar con qué porcentaje de batería se llega a ese punto.

Aunque suena simple, esta asistencia permite disminuir de manera considerable el principal problema de los vehículos eléctricos: la sensación de insuficiencia en la energía disponible para llegar a cierto punto, también conocido como el range anxiety que nos hace pensar y sufrir por la idea de que el tema de los eléctricos “aún está muy verde”, señala.

El desempeño de Model X

El desempeño de la Model X es ridículo (literalmente), pues puede ser configurado en tres modos de manejo: Chill, que extiende a la mayor medida posible el rango de autonomía; Sport, que genera más potencia a costa de la duración de la batería; y Ludicrous (ridículo en inglés).

Cuando se elige este modo de manejo, la pantalla emite una advertencia irreverente al conductor que le hace confirmar su selección. En caso de arrepentirse, la opción para cancelar señala literalmente “no, quiero a mi mami”.

Aunque es burlona la pregunta para accionar el mayor desempeño de la Model X, éste no debe de tomarse a la ligera, pues esta “SUV familiar}2 es capaz de alcanzar una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en exactamente 3.1 segundos. Como referencia, el más reciente Ferrari California T logra esta cifra en 3.3 segundos.

Definitivamente, la Model X no es un producto perfecto. Indirectamente, sufre el hecho que, a pesar del gran esfuerzo de colocación de estaciones de carga, el contemplar una salida con ella a cualquier punto, nos hace pensar inmediatamente, ¿qué tanta pila le queda?, ¿hay dónde cargarlo en el rumbo al que me dirijo?

La estrategia de crecimiento de la red de Tesla y el resto de marcas que ofrecen autos eléctricos en México hará que estas dudas vayan disipándose progresivamente. Sin embargo, desembolsar casi tres millones de pesos para comprar este vehículo reduce a un ínfimo grupo de posibles clientes en nuestro país.

No obstante, si jugamos a una fantasíamental y tuviera ami disposición tres millones de pesos de sobra en mi cuenta bancaria, definitivamente los emplearía en la compra de una Tesla Model X y no otro auto de este precio. Esencialmente, porque su compra no representaría un mero capricho, sino un genuino cambio en la narrativa de movilidad a nivel global.

Escrito en: Tesla, compañía, autos, Model

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