Cómo tener la lechuga siempre fresca

En ensaladas o picadas como complemento de antojitos mexicanos como tostadas, sopes y flautas, la lechuga es una hortaliza que, si no guardas de la forma adecuada, se echa a perder en muy poco tiempo. Por ello, hoy te vamos a compartir algunos consejos para almacenar lechuga picada en bolsa y evitar que se oxide.

De entre las variedades rubias, verdes o rojas de lechugas, en México es muy común consumir la lechuga romana.

Al ir al super o al mercado debes revisar que tu lechuga sea la más fresca y para esto, checa que mantenga sus hojas apretadas y que sean de color verde intenso al exterior. Considera comprar la lechuga al final de todos los demás alimentos, para no interrumpir la cadena de frío.

LAVARLA

Al llegar a casa, te aconsejamos lavar la lechuga antes de almacenarla en el refrigerador. Para hacerlo, deberás retirar sus hojas y cortar su tallo para que te sea más fácil y rápido.

Checa que las hojas se encuentren en óptimas condiciones, es decir, que no estén marchitas u oxidadas y sin ningún gusanito.

Lava las hojas de lechuga en el agua corriente y pon a desinfectar con el producto de tu confianza. Seca con un paño absorbente y limpio.

Coloca dentro de una bolsa con cierre hermético o dentro de un contenedor de plástico e introduce una toalla de papel absorbente para acumular la humedad.

Pon las hojas de lechuga intercaladas dentro del tupper y de la bolsa y coloca otra tolla absorbente al final y tapa o cierra la bolsa.

Lleva la bolsa o recipiente de plástico al cajón de verduras del refrigerador y, si ya no tienes espacio, puedes colocarlo en la parte de abajo o frontal del electrodoméstico.

Toma en cuenta revisar cada día las características de la lechuga y retirar el exceso de agua que posiblemente se acumule en la tapa del tupper.

Ahí puedes almacenarla de ocho a 10 días y si lo prefieres también puedes picarla y tenerla lista para usar; solo deberás hacerlo con un cuchillo de plástico para que no se oxide.

Al retirarla del refrigerador, te sugerimos sumergir las hojas de lechuga dentro de un recipiente con agua fría para que recuperen tu textura crujiente y se reavive el color verde.

 PARA CONSERVAR

*Lavar las hojas con agua e incluso con unas gotas de lejía para uso alimentario y enjuagar bien.

*Secar bien las hojas con un envase centrifugador y ponerlas en un envase con papel de cocina para que absorba la humedad.

*Las hojas, si se guardan enteras, duran más. De esta manera se conservan bien durante unos tres a cinco días.