Resistencia al cambio
La función principal de una estadística es indicarnos que tan bueno es un jugador o un equipo.
Por décadas -quizá más de un siglo- hemos vivido encerrados con números que poco a poco van quedando evidenciados como datos que no cumplen con el objetivo principal de reflejar con claridad el rendimiento de un jugador.
En esta ocasión me referiré al lado ofensivo del beisbol y para ahorrarnos tiempo le diré que no hay estadísticas más obsoletas e incompletas para evaluar el desempeño de un jugador que el porcentaje de bateo, las carreras producidas y el número de cuadrangulares. Será difícil que usted lo acepte, pero esto es poco a poco.
Desgraciadamente en México -en Estados Unidos ya no tanto- son los tres rubros que se siguen tomando en cuenta a la hora de elegir al "Jugador Más Valioso" de una liga o de un equipo. Muchos colegas representantes de los medios de comunicación siguen a la "antigüita" revisando los porcentajes de bateo, los cuadrangulares conectados y las carreras empujadas de cada jugador, sin embargo, no es culpa de ellos, así fuimos enseñados.
Algunos lo hacen por la inercia natural de resistirse al cambio y algunos otros siguen recurriendo a esas obsoletas estadísticas por desconocimiento y hasta falta de profesionalismo.
Se les hace más fácil decir que "la sabermetría es el Diablo y es mala para el beisbol" que preocuparse por documentar de manera veraz y oportuna a quienes se informan a través de ellos.
Es altamente irresponsable escribir o hablar de un tema sin la preparación adecuada. En este caso ya no se debe hablar de beisbol sin conocer, aunque sea el "ABC" de la sabermetría.
El beisbol está evolucionando y tenemos que cambiar con él, sobre todo quienes hacemos de la comunicación de este deporte nuestro trabajo; muchas personas confían en nosotros y engañarlos o mostrarles verdades a medias no es lo correcto.
No se le olvide que la sabermetría es solamente una herramienta que ubica a un equipo o a un jugador en una mejor posición para ganar. Así de simple.
¿Usted cree que un dueño de equipo que invierte grandes cantidades de dinero -en cualquier liga o país- va a estar muy contento cuando un manejador dirije a punta de corazonadas?
Cuando hay mucho en juego, es preferible tomar esa ventaja que puede llegar a ofrecer el concienzudo estudio de los numeritos, por más pequeña que pudiera llegar a ser.
Claro que como periodistas podemos seguir en la "borregada" escribiendo crónicas de juegos o columnas y darle una maquillada con datos históricos o quizá hasta toques poéticos al texto, haciendo como que la sabermetríano existe y buscando tapar el sol con un dedo en busca de evitar algo que ya es inevitable.
En mi caso prefiero lo difícil, así que me he dado a la tarea de estudiar a fondo siglas como WAR, WHIP, wOBA, wRC+, OPS+, ISO, xwOWA, ERA+ o FIP por mencionarle algunas de las nuevas métricas -que no son ni tan nuevas-que ahora se utilizan para medir el rendimiento de los jugadores o equipos de una manera mucho más precisa.
No les tenga miedo, "medir" es todo lo que hacen y es un lujo que el deporte de beisbol permita evaluar y registrar de forma mucho más precisa el rendimiento individual, a diferencia de lo que ocurre en las duelas, los emparrillados o las canchas de futbol, donde lo individual depende en demasía del desempeño de los compañeros de equipo. Como bateador estás sólo y tu alma contra el pitcher y nadie te va a ayudar (a lo mejor el "ampayita" cuando no canta una esquina como strike), no así los lanzadores al inmiscuirse la defensiva, pero esa es otra historia.
Así que habrá que aprendernos esas siglas en lugar de burlarnos de sus nombres raros. Esas métricas son mucho más exactas que las tradicionales, esas que vienen en la biblia del beisbol y que fueron empleadas mucho antes del siglo pasado.
El beisbol ha cambiado, aunque en México la forma de medirlo se resiste al cambio. Afortunadamente en Estados Unidos ya van quedando en desuso -o sin el valor de antes- estadísticas como el porcentaje de bateo y se abre paso a datos más certeros como el OBP o el OPS por mencionarle algunos de los menos laboriosos.
No se trata de cambiar a nadie, ya que modificar las creencias humanas es de lo más complicado, sencillamente trataré de demostrarle que algunas de esas estadísticas con las que hemos estado alimentando nuestro apetito beisbolero no son tan buenas para la salud; quizá no sean del todo malas, pero enmascaran y esconden muchas datos importantes que nos impiden conocer toda la verdad.
Tenía pensado iniciar hoy con el porcentaje de bateo, pero por el espacio lo dejaremos para la próxima entrega, ya quetambién acabo de recordar el numerito que a mi juicio es el más injusto de todos y que por años ha sido lo primero que se revisa cuando se trata de pitcheo. Me refiero al "Juego Ganado".
Afortunadamente esa estadística murió en 2018, bueno, mejor dicho, dejó de ser relevante. Recuerde que ese año Jacob deGrom ganó el premio Cy Young de la Liga Nacional con sólo diez victorias.
¿Fue el mejor pitcher durante ese año a pesar de tan corto número de juegos ganados?
Claro. De hecho sigue siendo el lanzador más dominante en Grandes Ligas, sin importar el número de victorias en su récord.
Entre los votantes de ese 2018, sólo un sufragio de primer lugar le impidió obtener el Cy Young de forma unánime.
DeGrom no fue el que más juegos ganó, -18 pitchers ganaron más juegos que él en la Liga Nacional- no fue el que más rivales ponchó, ni el que más aperturas registró o el que más entradas lanzó.
Pero fue el líder de ERA, WAR, ERA+, FIP, Adjust Pitching Runs, Adjust Pitching wins, Base-Outs Runs Saved, WPA y Base-Outs Win Saved. Afortunadamente, quienes votan por el CY Young conocen muy bien de sabermetría y pudieron decidir de manera justa.
El derecho de Mets fue el mejor pitcher del 2018, aunque la estadística de triunfos intente confundirnos.
De Jacob deGrom se dice "que no sabe ganar", pero creo que aplicaría mejor si modificamos la frase a "Mets no sabe ganar ni con deGrom". El nacido en Florida ha hecho muy bien su chamba.
Y hoy para cerrar, le dejo este ejemplo que es recurrente..
El sábado Walker Buehler dejó el juego ganando 4-2 al cerrar su libro tras seis entradas de labor durante el tercer duelo de la serie entre Dodgers y Rockies.
En su auxilio el manejador Dabe Roberts envió a la lomita al derecho Blake Treinen, quien en una entrada recibió cuadrangular de dos carreras y perdió la ventaja dejando el duelo parejo a cuatro rayas por bando.
Para la parte alta de la octava tanda los Dodgers retomaron una ventaja que ya no perdieron y al final ganaron 6-5.
¿Sabe usted quien fue el pitcher ganador?
Exacto, Blake Treinen, el mismo que perdió la ventaja en una mala salida, sin embargo, la regla del juego ganado dice que a él se le debe de acreditar la victoria y aunque el anotador también puede hacer uso de su criterio, en esta ocasión no tuvo opción porque enseguida trabajó el nayarita Víctor González y tampoco lo hizo bien, dejando su lugar para un largo rescate de cinco outs para Kenley Jansen, a quien le apuntaron el rescate.
Pero no sólo situaciones como esta hacen poco confiable la cajita de victorias de un lanzador.
Qué le parece si revisamos cómo se manejó Jack Morris para lograr entrar al Salón de la Fama con un a efectividad de por vida de casi cuatro (3.90), la más alta para cualquier abridor que tiene un lugar en Cooperstown. Deben haber sido sus 254 victorias las que lo catapultaron a la inmortalidad.
Morris falló en sus quince intentos de ingresar al Salón de la Fama por la vía tradicional -la de los periodistas- pero tiene muy buenos amigos y a la primera se metió por medio del comité de veteranos.
George Brett, Rod Carew, Bobby Cox, Dennis Eckersley, John Schuerholz, Don Sutton, Dave Winfield y Robin Yount junto a cinco ejecutivos y tres miembros de la prensa con larga trayectoria integraron ese comité que le abrió la puerta a Morris.
Si su línea estadística tradicional fue de 254-186/3.90/2,478 ¿por qué no son inmortales también Jim Kaat 283-237/3.45/2,461, Tommy John 288-231/3.34/2,245 o Frank Tanana 240-236/3.66/2,773?
Creo que, al final de cuentas, la diferencia para que Morris esté hoy en el Salón de la Fama y los otros no fue ese séptimo juego de la Serie Mundial que lanzó para los Mellizos contra Bravos en 1991.
Aunque queda claro que durante su carrera fue muy apapachado por sus compañeros a la ofensiva.
Y de paso dejó la vara más baja para futuros ingresos al Salón de la Fama.
Creo que empecé hablando de una cosa y terminé en el "monte". Suele suceder.
Cuídese mucho.
Hoy es viernes; que le vaya bien.
Goodbye Horses.....!!
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