Sobre 'Fungible' mi más reciente obra de arte hecha de neón (segunda parte)
En mi colaboración anterior realicé un breve recuento de mi experiencia artística trabajando con el neón como material plástico remontándome al año 2012.
Casi diez años después, en febrero de este 2021, recibí un mensaje por WhatsApp de mi amigo, el artista y coleccionista regiomontano Tony Peyrani donde me compartía una serie de enlaces relacionados con la venta de obras de arte en formato de NFT.
Los NFT´s (abreviación en inglés para los Tokens No Fungibles) arrancaron con una fuerza incontenible y hemos sido bombardeados por encabezados donde se habla mucho de mucho dinero y muy poco (por no decir nada) de arte. O sea, nuevamente nos topamos con la fusión y confusión entre las obras de arte y el mercado del arte.
Según lo que he leído y escuchado en las infinitas corrientes de internet, los NFT´s se desprenden y son avalados por la criptomoneda Ethereum. Fundada, entre otros por el programador y escritor ruso, Vitálik Buterin, la publicidad (pagada y gratuita) generada por una pléyade de compra-ventas de mercancías que van desde memes hasta obras de arte plásticas y musicales, así como tweets y videos virales han sido una plataforma inmejorable para colocar en una posición privilegiada a Ethereum.
Con el deseo de participar en esta conversación más virtual que real le llamé en abril a mi amigo el Maestro del Neón Manolo Walle para que elaboráramos, apoyados por el diseño de mi admirado César Cervantes un neón que midiera ochenta centímetros de largo, que mediante un "breaker" prendiera y apagara, exclamando en silencio y posteriormente callando la palabra "FUNGIBLE".
Curiosamente esta es una de esas palabras que significan y se escriben igual en inglés y en castellano. Se prende y se apaga porque a través de la corriente eléctrica es un bien Fungible y cuando esta deja de fluir por los tubos de neón se convierte en un bien No Fungible (ya que la palabra a pesar de no estar iluminada, sigue existiendo escultóricamente en 3D). Así, este juego binario en apariencia sencillo, dice una cosa para inmediatamente decir justo lo contrario, acercándose a un político o a una pareja infiel.
Pronto se expondrá esta pieza en un prestigiado Museo, en cuanto tenga la fecha se las transmitiré para invitarlos, amables y apreciables lector@s, por lo menos, virtualmente.
Retomo los dos últimos párrafos que el crítico de arte Erik Castillo escribió sobre la obra de neón que realizamos juntos el artista Ricardo Fernández y yo: "Los creadores apostaron por una ejecución que combina la sencillez de elementos con una vocación irónica respecto a la corrupción del mundo del arte contemporáneo.
Sin embargo, me parece que esta obra manifiesta una condición que va más allá de lo explicado hasta aquí y que reviste mayor importancia a la hora de su recepción pública: se trata de un objeto/dispositivo que resulta en sí mismo espectacular, es un fetiche más que atrae la atención y que se confunde con el influjo de aquello que, efectivamente, denuncia. De ahí que en paralelo a su espíritu crítico posea un oscuro carácter celebratorio de la propia venalidad de los artistas o intelectuales prostituidos.
Artists! Artists! Artists! es una pieza pendular que, igual que el sol de las antiguas mitologías, se purifica y se corrompe al recorrer alternativamente la zona de la claridad y la región de las sombras: el tiempo de la lucidez fustigadora y el tiempo de la alienación social, como sucede con una marquesina que se prende y apaga anunciando/ocultando el acceso a las fisuras del deseo en la era postindustrial."
Y precisamente estos dos aspectos que destaca Castillo: la del dispositivo como disparador y lo de la pieza como péndulo son vasos comunicantes que conectan los dos neones que realicé, respectivamente, en los años 2018 (en colaboración con mi apreciado tocayo Ricardo Fernández) y el de FUNGIBLE (el cual está escrito con la tipografía que utiliza el Ethereum) en 2021.
Por otro lado, y ya para finalizar, mencionaré un grupo de creadores y algunas de sus obras artísticas más destacadas realizadas con neón.
Bruce Nauman, Mario Merz y Joseph Kosuth fueron pioneros en la década de los sesenta y les recomiendo que busquen su trabajo. En su línea confesional y catártica Tracey Emin logró transmitir una parte de su intimidad a través de un material tradicionalmente considerado como "frío".
El estadounidense Glenn Ligon compartió en un conversatorio lo que ha manifestado elocuentemente a través de sus neones: "Existe esta percepción de que Estados Unidos, a pesar de todas sus oscuras acciones, sigue siendo una luz brillante".
También cargadas de significados políticos las obras del chileno Iván Navarro siempre generan fuertes sensaciones y reflexiones.
Les recomiendo que revisen la obra del creador italiano Andrea Galvani y la exuberancia abrumadora de Jason Rhoades (1965-2006) titulada "Tijuanatanjierchandelier".
Finalmente les sugiero que conozcan también dos obras de Stefan Brüggemann, ambas escritas en inglés. La primera enuncia: "Todas mis ideas son importadas, todos mis productos son exportados (todas mis explicaciones son basura)". Y la segunda que es un exhorto solemne y lapidario: "Esta obra deberá apagarse cuando yo muera".