Hoy se cumplen 10 años de la semifinal, en la que México de manera dramática venció 3-2 a Alemania en el Estadio Corona, para calificar a la final de la Copa Mundial FIFA Sub-17 México 2011, donde finalmente levantó el título al vencer en el Azteca a Uruguay.
El héroe de aquél épico partido del jueves 7 de julio del 2011 fue Julio Gómez, quien anotó dos de los tres goles mexicanos, el segundo de chilena, con una enorme venda en la cabeza, tras el corte sufrido en el gol olímpico de Jorge Espericueta.
Los aficionados laguneros dieron fe del gran partido ofrecido por la Selección Nacional Sub-17 al mando del "Potro" Gutiérrez, que debió remontar el marcador para vencer a unos teutones que dieron una gran batalla.
El conjunto alemán con su capitán, el ahora estrella internacional Emre Can, le había dado la ventaja parcial 2-1 al minuto 59 a los europeos. Salió lesionado del campo, antes de ser testigo de la gran hazaña de los juveniles mexicanos.