Noches perdidas
¿Será algún tiempo en el que te decepcione?/
¿O lo que hay en común no es cierto?/
Carece de asertivo aunque nadie lo mencione/
Pues funciono con el corazón desierto.
La incógnita no obedece a los caprichos/
Es el mismo pasado quien la nutre/
Pero tú has sabido adornar esos nichos/
Rincones de mi alma, antes lúgubre.
Si el sentimiento reprimiera mis ganas/
Culparé a la rutina porque no me amas/
Las ganas serán entonces el sentimiento/
Hecho de muchos o de un simple momento.
Deberá sin dudar, ser así la estructura/
Construida de ilusiones pasadas y pequeñas mentiras/
Seremos sordos si la monotonía se burla/
Y recuperaremos por instantes noches perdidas.
Lo último que quise, quise amarte
Alguna deidad recibió la caprichosa petición
Confiada en una madurez perdida en la emoción
Resolví el futuro con sólo escucharte.
Creí cansado al libertinaje
Que en mi historia funge como crueldad
Decidió una fugaz madurez de libertad
Hacer de tu género un digno tatuaje
Esa pasión casi desbordada en su totalidad
En el filo del precipicio amenazó mi esencia
Hasta que mis ganas en ti fueron libertad
Y el libertinaje el final de nuestra abstinencia.
Con tan pocas palabras Dios habla por mi boca.
Si, te veo hermosa y él me regala una frase para describirte.
Si te tengo en mis brazos me está regalando un poco de su tiempo
El necesario para poder en cada palmo descubrirte
Con tan pocas palabras Dios habla por mi boca,
Con tanta facilidad te expresa lo que mis labios encarcelan,
Nunca por falta de voluntad, quizá porque te celan
Si, como si los ojos del mundo no lo supieran,
Me refugio en callar para esconder un poco tu belleza
Con tan pocas palabras Dios grita por mi boca,
Con tanta caballerosidad sin pertenecer a algún género.
Si, en tan pocas palabras que yo nunca podría
Si me diera de vida 1000 años, resultaría siempre un intento
Con tan poco tiempo que tiene la vida
Nos regala la muerte para volver a ella.
Si puedo, mientras muero te presto mi corazón hasta el último latido.
Si te tengo y te deseo este último se hará eterno sólo si me regala el cielo de tus labios un beso ceñido.
Con tan poca suerte que tuve por no conocerte desde que nací
Lo compenso dejando mi sangre en ti.
Si, te olvidé antes de conocerte.
No quiero creer que existe la posibilidad de convertirte en recuerdo.
Dejémoslo claro, no quiero perderte.
Con tan poco que soy, he sido, Dios me da un lugar en el universo.
Sólo si soy una palabra humedecida de tu aliento.
Si mi agnosticismo no se rindiera,
Si, él existe porque tu existencia lo evoca.
Con tan pocas palabras Dios me habló por tu boca.
Me juzgan por no llorarte.
De que te extraño hasta no bastarme tu compañía,
Eso no puede dudarse.
Te amo tanto que no me es suficiente tenerte
Porque nunca estoy satisfecho de ti.
Tu compañía es mi esencia, y escucharte mi aurora y mi luna llena
Pero siguen juzgándome por no llorarte porque aún no te has ido,
Me da pánico la posibilidad y me tortura imaginar tu partida.
Me da miedo tanta cobardía y mi poca capacidad de soportar tu lado de la cama vacía.
Se que me juzgarán por no llorarte,
Sin embargo tu partida me ahorrará una infinidad de remordimientos,
Años de sufrimiento y una eterna búsqueda de formas para pedir perdón.
Me duele aceptar que mis demonios son capaces de no dejarte vivir,
Y aún peor, de no dejarme vivirte.
Pero que necedad de juzgar mi forma de extrañarte.
Hacen de la sinonimia un arma para juzgar,
Pero jamás serán las lágrimas hermanas del dolor
Aquellas que son cercanas a la hipocresía y a la envidia.
Pues en lo personal, prefiero amarte y recordarte,
Que despertar y comenzar la lucha contra mis defectos, lucha perdida.