Alimentos para cuidar la microbiota intestinal
La microbiota intestinal se puede modular mediante la dieta y el estilo de vida.
La información del sitio Mundo Deportivo, anota que los alimentos y sus componentes, nutrientes o aditivos alimentarios pueden afectar la composición y función de la microbiota intestinal.
Desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), se sugiere una dieta diversa en frutas, verduras y fibra. Además, estos especialistas aseguran que es es imprescindible minimizar el uso de azúcares refinados y grasas saturadas, y tener cuidado con el alcohol y algunas especias.
Los diferentes especialistas y organizaciones enumeran algunos de los mejores alimentos para cuidar nuestra microbiota intestinal, teniendo en cuenta que no hay ningún producto mágico, sino que todo dependerá de la dieta (en global) que sigamos.
PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS
Al hablar de microbiota surgen términos como probióticos, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) "son microorganismos vivos que, si se administran en cantidad suficiente, tienen efectos beneficiosos para la salud". Dichos microorganismos pueden influir en la microbiota intestinal cuando transitan por el tracto gastrointestinal, utilizando mecanismos similares a los de nuestras bacterias nativas para mejorar nuestro estado de salud. Están presentes de forma natural en ciertos alimentos como yogures, queso, chucrut y también existen en forma de medicamentos y complementos alimentarios.
MUCHA HORCHATA
Tomar un vaso grande de horchata natural durante tres días basta para producir cambios en la microbiota intestinal asociados a un perfil microbiano más saludable. Esa fue la conclusión de un estudio del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), conjuntamente con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Resultados, publicados en la revista científica Nutrients, sugieren que el consumo de este producto tradicional elaborado a partir de la chufa puede mejorar la salud digestiva y el estado general de salud.
ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES
Nos suena el Omega 3 y el Omega 9. Los primeros son grasas poliinsaturadas se encuentran principalmente en los pescados grasos (atún o salmón, por ejemplo) y se ha descubierto que aumentan los niveles de bacterias beneficiosas. En esta lista tampoco puede falta el Omega 9. Se trata de ácidos grasos monoinsaturados se encuentran, por ejemplo, en el aceite de oliva virgen extra, un alimento básico de la dieta mediterránea.