Cómo evitar llorar al cortar cebolla

La cebolla proviene de la familia de las liliáceas y se forman bajo tierra. Hay una gran tipología, pero las que más se utilizan en España son seguramente la "cabezona amarilla", que es ideal para hacer guisos de carne y sofritos. Suele tener un sabor más fuerte y una textura más crujiente, por lo que no es precisamente idónea para una ensalada - a no ser que quieras pasar a tener un aliento preocupante-.

La cebolla contiene algunas sustancias activas o fitoquímicas en su composición. Es el caso, por ejemplo, de la quercetina o la alicina. Estos compuestos azufrados son los que aportan el característico aroma de cebolla, y son precisamente las responsables de que lloremos al cortar esta hortaliza.

Existen formas de evitar el llanto cada vez que cortamos cebolla. Toma nota de ellas para no sufrir tanto la próxima vez que entres a la cocina:

Agua: un truco es cortarla por la mitad, pelarla y sumergirla en agua fría unos minutos. A partir de ahí, podrás cortarla sin que te lloren los ojos. Otro tip es que lo cortes dentro del agua. Es decir, puedes coger un tupper grande y cortar la cebolla desde ahí. De esta forma, las partículas se liberarán pero reaccionarán con el agua del recipiente, no con la de tus ojos.

Gafas: cortar la cebolla con las gafas de sol quizá no es el truco más efectivo, porque las partículas pueden entrar en contacto con tus ojos igualmente, pero quizá mengua este efecto. Otra opción es que te pongas unas gafas de piscina. ¿Es ridículo? Seguro. ¿Llorarás al cortar cebolla? Casi seguro que no.

Frío: las sustancias irritantes pierden su potencia si la cebolla está muy fría. Por lo tanto, guárdala en el congelador durante los 5 o 10 minutos previos a cortarla y verás cómo no lloras.

Vinagre: es otro de los ingredientes estrella para frenar el ataque de la cebolla. Pélala y sumérgela en vinagre blanco durante 10 minutos. Después, sécala con papel de cocina y ya estás listo para cortarla sin que te afecte.